UNA HISTORIA PARA MOTIVAR A MIS ALUMNOS.
Un maestro constructor, cerca de la jubilación, y presto a
retirarse para disfrutar de su pensión de jubilación, le contó a su
jefe sus planes de dejar el trabajo para llevar una vida más
placentera con su esposa y su familia. Iba a extrañar su salario
mensual, pero necesitaba retirarse.
El jefe se dio cuenta de que era inevitable que su buen
empleado dejara la compañía y le pidió, como favor personal, que hiciera
el múltimo esfuerzo: construir una casa más. El hombre accedió y
comenzó su trabajo, pero se veía a las claras que no estaba poniendo el
corazón en lo que hacía. Utilizaba materiales de inferior calidad, y su
trabajo, lo mismo que el de sus ayudantes, era deficiente. ¡Total era su último trabajo! ¡qué importancia tenía!
Cuando terminó el trabajo, el jefe le
extendió las llaves de la puerta :"Esta es tu casa, querido
amigo -dijo-. Es un regalo para ti".
Quízás si hubiera sabido
que estaba construyendo su propia casa, seguramente la hubiera hecho
diferente. ¡Ahora tendría que vivir en la casa imperfecta que
había construido!.
La conclusión es que debemos ACTUAR como si estuviésemos construyendo nuestra casa. Cada día clavamos un
clavo, levantamos una pared o edificamos un techo. La vida es un proyecto y es el resultado de nuestras actitudes y
elecciones del pasado. ¡La vida de mañana será el resultado de las
actitudes y elecciones de hoy!
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