Para quienes me preguntan ¿para qué aprender?

"En la ignorancia del pueblo está el dominio de los príncipes; el estudio que los advierte, los amotina. Vasallos doctos, más conspiran que obedecen, más examinan al señor que le respetan; en entendiéndole, osan despreciarle; en sabiendo qué es libertad, la desean; saben juzgar si merece reinar el que reina: y aquí empiezan a reinar sobre su príncipe. [...] Pueblo idiota es la seguridad del tirano". F. Quevedo

viernes, 15 de junio de 2018

Prácticas Geografía: Aclaración sobre la gráfica de la evolución del regadío en España

EL REGADÍO EN ESPAÑA


Aquí abajo os dejo una explicación sobre el regadío en España sobre las razones de su descenso entre 2004 y 2007

Pero antes de nada comentar el cambio en la gráfica a partir del 2004. Lo primero es indicar que es computo total no es muy significativo, aunque en la gráfica llama mucho la atención, en número total de hectáreas no es tanto. La explicación está ligada al cambio de política en la PAC. Con anterioridad a los acuerdos firmados en 2003 las ayudas e incentivos de la unión europea estaban dirigidos a la puesta en cultivo de superficies, a su transformación en zonas de regadío, la conversión de secanos en regadío, subvenciones a laos agricultores que vendían a bajo precio; sin embargo, la acumulación de excedentes generaba problemas que a partir de ese momento, por lo que se emprendió una nueva política comunitaria impulso la reducción de las zonas de cultivo, especialmente las menos productivas, por lo que se acometió un plan de subvenciones a agricultores que dejaran sin cultivar sus terrenos, lo que afectó especialmente a áreas poco rentables dedicadas (significativo fue el caso en que la Duquesa de Alba se convirtió en la mayor beneficiaria de subvenciones por esta causa de la PAC).

AMPLIACIÓN REGADÍO EN ESPAÑA-

Las principales zonas de regadío.

La distribución espacial del regadío es desigual: es escaso en el norte peninsular húmedo, y tiene su mayor peso en el área de clima medite­rráneo, de precipitaciones escasas e irregulares. Dentro de esta última se diferencian dos zonas:
 a) El litoral mediterráneo es el área más des­tacada para el regadío intensivo, por reunir condiciones favorables, físicas (temperaturas suaves, protección por el relieve, suelos apropia­dos) y humanas (mercado internacional con buena comunicación por carretera y ferrocarril). 
b) En el interior peninsular pre­domina el regadío extensivo, que se beneficia del agua aportada por los grandes ríos peninsulares, de la mecanización total que permiten sus cultivos, y de la creciente demanda de cereales-pienso y de determina­dos productos industriales.
También se localiza en las orillas de los ríos como el Ebro o en las inmediaciones de los pueblos aprovechando peque­ñas corrientes de agua, o responde a obras estatales de gran envergadu­ra (embalses, trasvases, etc.).



La Evolución de regadío en la agricultura española. 

La ampliación del regadío ha sido notable a lo largo del siglo XX, gracias sobre todo a la actuación estatal, doblándose en número de hec­táreas regadas. Sumariamente podemos establecer varios hitos en la ampliación del regadío y de la política hidráulica.
- 1902 Primer Plan Nacional de Obras Hidráulicas, el Plan Gasset, se pretenden transformar en regadío 1.469.222 ha, es decir, duplicar la superficie regada existente.
- 1923 Real Decreto que insiste en la obligatoriedad de la transformación en regadío, con riesgo de expropiación si o se lleva a efecto en un plazo de 20 años.
- 1932 Ley de Puesta en Riego (OPER). El Estado plantea que sean tanto la iniciativa pública como la privada las que colaboren en la realización de las obras secundarias y complementarias. Las obras deberían ser pagadas por el propietario al Estado, así como la plusvalía generada. En caso contrario, el Estado se haría cargo de ellas tras el pago de su valor en secano al propietario, empleándose las tierras adquiridas para asentar colonos.
- En 1933 únicamente el 18% de lo planificado en 1902 se había convertido en regadío, y muy desigualmente, destacando en el Ebro donde se llegó al 39%.
- Durante el franquismo se incrementa la superficie de regadío. El Instituto Nacional de Colonización y después del Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario desde 1971. Las causas de este desarrollo son: la utilización de mano de obra carcelaria republicana para la edificación de infraestructuras de riego (ejemplo: Canal del Bajo Guadalquivir que permitió poner en riego una superfie de 56.000 ha de las provincias de Sevilla y Cádiz) y la modernización del campo español tras los ajustes que impone el Plan de Estabilización de 1959. 
El incremento más importante se produce en los últimos treinta años, en buena medida por el incremento de los rendimientos y la diversificación de los cultivos que permite. No obstante, la situación actual se debate entre el incremento de la superficie y el problema de las sobreexplotación, fomentándose su reducción para algunas explotaciones.

Los tipos de regadíos existentes. Ventajas e inconvenientes.
El regadío es una práctica agraria que aporta a los cultivos agua adicional procedente de las precipitaciones. El objetivo es no depender de la aleatoriedad, la escasez o la ausencia de las precipitaciones y mejorar el rendimiento de los cultivos. El agua utilizada para regar, como se aprecia en el mapa, procede en unos casos de los ríos, directamente o a través de embalses, canales de riego, y, en otros caso, procede de las aguas subterráneas o acuíferos.
Los sistemas utilizados para regar son de diversos tipos:
- El riego a manta inunda el terreno de agua obtenida por derivación de las aguas corrientes.
- El riego por goteo aporta a cada planta el agua y los nutrientes necesarios en el momento adecuado adecuados a través de pequeños orificios practicados en tubos.
- El riego por aspersión canaliza el agua por tuberías de presión y la proyección sobre el suelo a modo de lluvia superficial.

Los tipos principales de regadío son el regadío intensivo y el extensivo.
a) Los regadíos intensivos, al aire libre o bajo in­vernaderos, permiten obtener dos o tres cosechas anuales, y se dedican a las frutas y hortalizas, y, en algunos casos, a cultivos tropicales. El litoral mediterráneo es el área más destacada para este tipo de regadío, por reunir condiciones favorables, físicas (temperaturas suaves, protección por el relieve, suelos apropiados) y humanas (mercado internacional y buena comunicación con él por carretera y ferrocarril). No obstante, esta modalidad de regadío se localiza también a orillas de algunos grandes ríos peninsulares, como el Ebro.
b) Regadíos extensivos, que proporcionan una sola cosecha, del mismo tipo que la de los secanos vecinos pero con un rendimiento mucho mayor, añadiendo también cultivos industriales o forrajeros. En el interior peninsular es el área más destacada para este tipo de regadío, que se beneficia del agua aportada por los grandes ríos peninsulares, de la mecanización total que permiten sus cultivos, de la creciente demanda de cereales-pienso y de determinados productos industriales.
Las ventajas del regadío, sobre todo el intensivo, son numerosas:
- Económicas: incrementa las rentas de la población y del país por el impor­tante papel que desempeña en las exportaciones.
- Sociales: mejora el nivel de vida e incrementa la demanda y dotación de servicios y el bie­nestar general de la población.
- Demográficas: contribuye a fijar a la población y a romper la tendencia emigratoria de muchas comarcas, fo­mentando incluso la inmigración, pues crea empleo en la realización de ciertas tareas agrarias -siembra y recolección-, en la transformación industrial de la producción y en los servicios destinados al manteni­miento del riego. 
- Culturales (mejora la preparación técnica y profesio­nal, incrementando los titulados profesionales y universitarios).
 No obstante, el regadío también genera problemas, como la utilización de sistemas inadecuados, muy consumidores de agua (riego a manta), la sobreexplotación de los recursos hídricos superficiales y subterráneos, el conflicto de usos con la demanda urbana, industrial y turística de agua y de suelo y la alteración medioambiental, relacionada con el au­mento del consumo de fertilizantes y las estructuras de plástico de los invernaderos, que ocasionan una modificación poco estética del paisaje.
El Plan Nacional de Regadíos "Horizonte 2008" del Ministerio de Agri­cultura, Pesca y Alimentación prevé la puesta en riego de 228000 hectá­reas. Además enfatiza en la necesidad de mejorar el mantenimiento de las redes, en las que se estima que hay hasta un 50% de pérdidas por fu­gas, en la extensión de sistemas menos consumidores, como el riego por goteo y por aspersión, y en la reutilización del agua urbana depura­da para el riego.

GEOGRÁFICAMENTE LA extensión de las tierras cultivadas por provincias:  

En general, se aprecian los siguientes contrastes en su distribución territorial:
- Las tierra de cultivo tienen escasa importancia en el litoral cantábrico peninsular, en las provincias gallegas, en las islas Canarias, en el archipiélago balear y, en menor medida, en el litoral mediterráneo peninsular. Las razones de este hecho son de diversos tipos.
En el litoral cantábrico y Galicia la escasez de tierras de cultivo está motivada por las difíciles condiciones orográficas, marcadas por el relieve accidentado y la escasez de espacios llanos, que se limitan a los fondos de los valles o la rasa litoral cantábrica. Por este motivo, en estas zonas predominan otros usos agrarios del suelo, como los prados y los pastos y el terreno forestal.
En las Islas Canarias, las tierras de cultivo se ven limitadas por la gran extensión ocupada por el terreno volcánico abrupto (malpaíses), que reduce el suelo cultivable a los fondos de valles, a algunas laderas, donde los cultivos se disponen en terrazas y al área costera. Además, la elevada aridez climática de buena parte del archipiélago impone límites al cultivo. 
En el litoral mediterráneo peninsular y Baleares la moderada extensión de las tierras de cultivos se debe a la importancia de los usos forestales, especialmente los de monte abierto y leñoso, en el área montañosa prelitoral peninsular, y al importante espacio que consumen otros usos del suelo, como las industrias, los núcleos urbanos y las numerosas urbanizaciones turísticas que bordean el litoral. En ambos archipiélagos indice también el factor de su reducida extensión territorial, dado que el mapa ofrece los datos en cifras absolutas. 
- Las tierras de cultivo tienen mayor importancia en el interior peninsular, donde existen importantes extensiones de terreno llano y apto para el cultivo. En esta área se diferencian los valores más bajos de la submeseta norte de los más elevados de la submeseta sur y del valle del Guadalquivir. 
- En la submeseta norte el tamaño de las provincias es, en general, mayor y, por sus condiciones climáticas, los usos agrarios forestales ocupan mayor extensión.
- En la submeseta sur y el valle del Guadalquivir, donde en general la extensión de las provincias es menor y las condiciones climáticas permiten mayor variedad de cultivos, el aprovechamiento agrícola es mayor. 
También existe contraste entre la agricultura de secano y la de regadío. La agricultura de secano cultiva vegetales utilizando exclusivamente el agua procedente de las precipitaciones, mientras que la agricultura de regadío añade a los cultivos un aporte adicional de agua, procedente de los embalses o de la explotación de los acuíferos.
La contraposición entre ambos tipos de agricultura apenas existe en las provincias del norte peninsular incluidas en el área de clima oceánico, debido a que la abundancia y la regularidad de las precipitaciones a lo largo del año hace innecesario el regadío. En el resto de las provincias, es claro el contraste entre el secano y el regadío. 
Las provincias donde el regadío adquiere mayor importancia son las interiores del:
- Valle del Ebro (Navarra, La Rioja, Zaragoza, Huesca y Lérida).
- Algunas provincias del valle del Guadalquivir, como Sevilla.
- Provincias de Ciudad Real y Toledo. 
Las provincias del litoral mediterráneo, desde Tarragona hasta Almería, especialmente Valencia, Alicante, Murcia y Almería. 
- La Isla de Tenerife, a pesar de su reducida extensión. 
Los factores que explican la importancia de la superficie regada en estas zonas son la insuficiencia de precipitaciones propia del clima mediterráneo o del clima subtropical de Canarias, que exige un aporte adicional de agua a los cultivos, y el predominio de ciertos tipos de productos, como los hortofrutícolas, que tienen en este medio unas condiciones muy favorables (temperaturas suaves y un elevado número de horas de sol) y gozan de buenos mercados de venta en el interior y en el exterior. Las consecuencias de esta amplia extensión del regadío son positivas y negativas.

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