“ El hombre descubrió la razón y el arte despertó”
En esta unidad veremos, como a medida que el hombre descubre el mundo, descubre también el arte. Nace el hombre ciudadano y ese hombre se descubre así mismo. Se sitúa en el centro de sus propias preocupaciones, participa en los asuntos políticos, reflexiona sobre el mundo y la naturaleza, desea comprenderla, desdeña las explicaciones no racionales, desea alcanzar la belleza y piensa en cómo alcanzarla. Surge un arte que rompe con toda atadura y que se desarrolla “por y para el hombre”. Los edificios adquieren sentido y dimensión humana. Y la escultura se libera de la rigidez de la dura piedra, de los convencionalismos… y del mismo modo que la civilización griega desarrolla la filosofía, las ciencias, la democracia… la escultura conquista la expresión, el movimiento y el volumen… “El mármol adquiere vida”. Fue un proceso lento, primero una sonrisa, luego una sutil anatomía, luego el cuerpo se gira para lanzar un disco, más tarde se contonea levemente mientras avanza cadencioso, conquista la expresión serena, logra el equilibrio, pero, no contento con ello, se lanza a la agitada torsión de los cuerpos danzantes y a las expresiones turbadas por el sufrimiento… La escultura finalmente despliega sus alas y es capaz de volar y trascender su época. El arte romano, el renacentista, el barroco, el neoclásico, el contemporáneo… tienen su origen, como nuestra civilización, en la Grecia Clásica.
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“De entre un paisaje agreste y rocoso emergen las casas de los dioses y en sus laderas se arremolinan los hombres a escuchar sus cantos…”
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“En un descuido el mármol cobró vida. Primero titubeó, luego esbozó una tímida sonrisa, finalmente caminó sereno y, más tarde, danzó, se retorció y sufrió”. ´
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