Curiosidades y anécdotas de la Historia:
LOS ROMANOS SI SABÍAN…. LO QUE VALÍA EL JAMÓN
SERRANO.
ROMA SE
LLEVÓ DE HISPANIA EL GARUM, EL ACEITE, LAS PUELLAE GADITANAE… Y EL JAMÓN
SERRANO
Lo que se inició a finales del siglo III
a. C. como una invasión estratégica para cortar las líneas de abastecimiento
cartaginesas que sostenían la invasión de Roma por Aníbal durante
la Segunda Guerra Púnica, pronto pasó a ser una labor de conquista que en unos
doce años había expulsado por completo a las fuerzas cartaginesas de la
Península. Sin embargo, Roma aún tardaría dos siglos en dominar la totalidad de
la Península Ibérica, debido principalmente a la fuerte resistencia que los
celtíberos, lusitanos, astures, cántabros… ofrecieron a los romanos. Algo debía
tener nuestra Hispania por lo que mereció la pena luchar dos siglos… el garum, el aceite, las puellae
gaditanae (muchachas bailarinas y cantoras de Gades que obtuvieron una
gran fama en aquella época, fama que llegó hasta Roma)… y el jamón
serrano.
Antes de la llegada de los romanos, los pueblos
prerromanos ya se deleitaban con los manjares que generosamente les regalaban
los cerdos: chacinas, embutidos… y, sobre todo, jamones – en la antigua
Tarraco se encontró un fósil de jamón con más de 2.000 años -. Si los
romanos ya conocían el jamón, para qué querían los nuestros… por su
calidad y su sabor más intenso.
Estrabón en su Geographica menciona
la gran calidad de los jamones cántabros y cerretanos, ya que los cerdos eran alimentados
de bellota, y los compara con los ceretanos pirenaicos, cuyos perniles fueron
muy codiciados después de la Pax Romana.
Marcial en un epigrama: Del país de los cerretanos o de los manapianos (pueblo celta del área del Rhin) traedme un jamón, y los golosos que se ahíten de filetes.
Pero el jamón hispano no se lo podía permitir cualquiera, se convirtió en un artículo de lujo. De hecho, en el Edicto de Precios Máximos o Edicto de Diocleciano del 301 se fijaba un precio de 20 denarios para una libra (326 gramos) de jamón cerritano. Para hacernos una idea de su precio, los 20 denarios era el sueldo diario de un arriero o un campesino. Tal fama llegó a adquirir que incluso se acuñaron monedas temáticas…
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