Escultura del Renacimiento: Magdalena Penitente de Donatello.
Tema: 60. El arte del Renacimiento italiano y su influencia.
Clasificación: se nos presenta el
comentario de una obra escultórica que podemos identificar claramente como la
Magdalena penitente de Donatello. Pertenece, por tanto, a la escultura
renacentista del Cuatrocento. Es una obra realizada en madera mediante la técnica
de la talla, realizada a escala humana, aunque algo alargada, ya que presenta
una altura de 1,88 m. Se localiza actualmente en el Museo de la Catedral de
Florencia. La obra fue un encargo para el baptisterio de San Juan y
muestra a María Magdalena haciendo penitencia cuando se retiró a vivir
como ermitaña según la leyenda dorada de Salvador de la Vorágine.
Análisis formal:
Como dijimos se trata de una escultura de bulto
redondo, realizada en madera mediante el procedimiento de la talla y luego
policromada.
La composición es bastante simétrica
si bien la cabeza ladeada rompe algo esta simetría, también se observa la
pierna derecha ligeramente adelantada como en actitud de andar.
En contraste con la superficie pulida de brazo y piernas
presenta otras formas huesudas, pómulos salientes remarcados por su delgadez,
grandes cuencas oculares con unos ojos profundos y abiertos, boca entreabierta
que deja ver una dentadura deteriorada y con comisuras caídas, cabellos lacios.
La luz en los
entrantes y saliente crea claroscuro como en la cuenca de los
ojos aumentando la tensión dramática.
En resumen, una imagen que representa lo
desagradable y de marcada expresividad.
Contexto histórico-artístico
DONATELLO es el gran renovador de la escultura. Su
gran tema es el hombre, hecho que denota la influencia del humanismo,
reflejando los diferentes caracteres, desde la serenidad y equilibrio de
sus primeras obras (San Jorge y David), pasando por la maestría del Gattamelata
a la expresividad, tensión de sus últimas obras (Magdalena penitente) ,
además recupera la importancia del movimiento sobre todo
contenido.
En cuanto a su función, señalar que es claramente
religiosa.
Y a modo de conclusión señalar que es una obra que presenta una marcada expresividad y una dramatismo que la aleja del equilibrio y la mesura renacentista y que, en cierta forma, la acerca a la figura de Miguel Ángel e incluso al Barroco. En este sentido, contrata con la obra de su David, obra mucho más clásica y, por tanto, más propia de la estética renacentista.
AMPLIACIÓN
COMENTARIO
Comentario de Andrea Belenguer Herrera, UNIVERSITAT DE VALÈNIA
Localización
La
obra María Magdalena penitente fue creada por el escultor renacentista
Donatello. Se comenzó sobre el año 1453 y algunas fuentes señalan que acabó
hacia el 1455. No obstante, por su estilo más avanzado a obras que realizó
después, algunos especialistas apuntan a la posibilidad de que la obra deba
datarse en años posteriores a 1460. De ser así, sería la última obra de
Donatello antes de fallecer en 1466.
Esta
obra se hallaba expuesta en el Baptisterio de Florencia, pero no es seguro si ese
fue el lugar al que se destinó originalmente. La primera referencia a esta obra
apareció en el año 1500, cuando la figura se colocó en la iglesia, esta vez con
un halo sobre la cabeza. La escultura se sometió a una restauración de
emergencia en 1966 debido a una riada del Arno. Gracias a la restauración
apareció el estofado polícromo original. A partir de ahí, trasladaron la obra
donde se encuentra actualmente, en el Museo dell’Opera del Duomo, en la ciudad
de Florencia.
Análisis formal
La
María Magdalena penitente se trata de una obra escultórica de
bulto redondo cuyo material es la madera, la cual se presenta policromada y su
medida es de 1,88 metros de alto. La técnica es la talla en
madera, que consiste en ir sustrayendo la parte sobrante e ir
tallando y lijando para el acabado que se desee. Esta técnica tiene dificultad
dada a la superficie heterogénea de la masa, la forma y el volumen de la madera.
Además, se ha de conocer bien la madera que se va a utilizar y tallarla hacia
la dirección de la veta para que esta aparezca lisa.
Esta
obra la describió Vasari como: «Vedesi
nel mediasimo tempio, e dirimpetto a quest’opera, di mano di Donato una Santa
Maria Maddalena, di legno, in peniteza, molto bella e molto ben fatta, essendo
consumata dai digiuni e dall'astinenza; in tanto che pare in tutte le parti una
perfezione di notamia, benissimo intesa por tutto» (Pope-
Hennessy, 1998: 350).
Así
pues, se nos representa a una María Magdalena de canon alargado, vestida
con una ajada prenda de piel mientras descansa el peso sobre la pierna
izquierda y parece avanzar con la pierna derecha. Su cuerpo aparece ligeramente
girado, el cabello es largo, su rostro es demacrado y su cuerpo frágil
debido a la abstinencia y los ayunos de la penitente: aparece con los ojos
hundidos, sin dientes, mientras que sus manos alargadas y huesudas aparecen
sobre su pecho en forma de oración. Sus facciones distan mucho ser
idealizadas, pero lo que consigue Donatello es crear una María Magdalena
que expresa dramatismo y teatralidad.
En
cuanto a la composición de la obra, podemos decir que es bastante simétrica, a excepción de la cabeza ligeramente
ladeada y la pierna derecha que parece avanzar, que ayuda a que no sea
totalmente rígida. La superficie está bien pulida en brazos y piernas,
mientras que el pelo y el vestido añade contrastes de claro-oscuro. Gracias a
la policromía de la madera subraya el realismo y la expresividad.
Aproximación al significado
Tras
la estancia de Donatello en Padua, regresó a Florencia, comenzando así su tercera
etapa artística. Continuó, por supuesto, investigando las posibilidades de traducir
en los diversos materiales las conceptos de canon, expresión y carácter. Poco a
poco encontraba su propio modelo sin necesidad de buscar en los esquemas
clásicos.
Con
su María Magdalena creó un monumento a la expresividad, a
lo más íntimo de la espiritualidad y de la pasión humano-religiosa, a los
efectos de una dura penitencia (J.M Viñuales, 2008: 33). Comparando esta obra
con el David de mármol, vemos como Donatello se abrió a lo
largo de su carrera el camino hacia una nueva concepción de arte escultórico,
mostrando la personalidad y el carácter de la figura.
Configuró
un lenguaje artístico que rompió totalmente con el pasado. Por esa misma razón,
algunos historiadores del arte datan esta obra como la última de su
trayectoria, hacia el 1460.
Respecto
al tema que se representa, Pope-Hennessy (1998) nos dice que hay datos que
indican que a finales de 1450, resurgió en Florencia el interés por el culto a María
Magdalena. Por esa razón, diversos artistas, entre ellos Donatello, comenzaron
a representarla de nuevo.
Los
textos evangélicos contienen variantes sobre el tema de María Magdalena, donde
parece ser que varias historias de diferentes mujeres, conformó con el paso del
tiempo que se fundieran en una misma figura. Pero los evangelios poco hablan
sobre María Magdalena. En el evangelio de San Marcos se habla de ella que era
hermana de Marta y Lázaro –identificada con María de Betania– y que Jesús la
liberó de siete demonios, junto a más mujeres. Por esa razón se convirtió en
una fiel seguidora de Jesús. Como dice San Marcos, era una de las muchas
mujeres que le siguieron desde Galilea para servir al mesías. También aparece
en los capítulos de la crucifixión, la sepultura de Cristo y como la elegida
para dar la noticia de la resurrección de este. Así pues, este evangelio
convierte a su figura en la de María Magdalena evangélica.
Por
otro lado, en el evangelio de San Lucas se habla de ella como la pecadora anónima,
la cual en casa del fariseo Simón, lavó los pies de Jesús con sus lágrimas, los
secó con sus cabellos y luego los ungió con aceite aromático: «Un fariseo
invitó a Jesús a comer, y Jesús fue a su casa. Estaba sentado a la mesa, cuando
una mujer de mala fama que vivía en el mismo pueblo y que supo que Jesús había
ido a comer a casa del fariseo, llegó con un frasco de alabastro lleno de
perfume» (Lc 7,37). Después de este acto, recorrió ciudades y pueblos
proclamando la palabra de Dios. En este caso, se trata de la María Magdalena
conocida como mítica.
Ambos
textos presentan diferentes versiones sobre la figura de María Magdalena. En la
mayoría de casos, los artistas se han decantado más por representar la a la
María Magdalena relacionada como la pecadora adúltera. Por otro lado, en la
Edad Media se escribió la obra La
leyenda dorada, por el
dominico Jacobo de Vorágine. En ella se cuenta que María Magdalena estuvo
prometida con San Juan, pero que cuando Jesús llamo a este para ser uno de sus
apóstoles, impidió el casamiento. De ese modo, María Magdalena, indignada por
la decisión de su prometido, se marchó para entregarse a una vida de lujuria,
olvidando el acto que realizó Jesús al salvarla de sus demonios. En
compensación, Jesús la puso en el camino de la penitencia: arrancarla de los
placeres mundanos y mostrar únicamente amor a la divinidad.
Así
pues, la María Magdalena que nos representa Donatello se trata de la prostituta
arrepentida que según la legenda
aurea, buscó su salvación en
la soledad de la naturaleza. Según la tradición, se retiró a la cueva de Sainte
Baume, siendo este el tema más frecuente para representarla, como por ejemplo
la escultura que hizo Antonio Canova de la Magdalena
penitente [Fig. 1]. Es común
dejar ver la relación entre fe y sensualidad, ya que suele ser representada
semi-desnuda o con la calavera.
También, María Magdalena es
representada en las obras de los artistas con una hermosa melena larga,
normalmente rubia. En la obra de Donatello, a pesar de su rostro demacrado y
frágil cuerpo, sus largos cabellos dejan entrever algo de esa sensualidad y belleza
con la que suele ser representada, pues su cabello simboliza a la vez la veneración
que siente por Cristo, su arrepentimiento y la renuncia de las pompas de este
mundo (Deimling, 2007: 195). Por lo cual, se muestra aquí a la María Magdalena que
refleja el sentimiento de arrepentimiento, la verdadera expresión de cómo se
debía sentir, dejando a un lado la belleza formal, pero haciendo alusión
mediante el cabello y el vestido.
Con
todo esto, cabe resaltar que aunque los intelectuales del Renacimiento proclamaran
al hombre como centro del universo, admirasen la cultura de la antigua Grecia y
Roma y eran capaces de reducir la realidad en números, la religión estaba muy presente.
Consideraban que el hombre era el centro del mundo, pero sólo con la ayuda de
Dios, y este les dotaba para que el hombre pudiera descubrir, dirigir y
modificar los hechos naturales, dotándolos de un sentido antropocéntrico.
Igualmente, representaban tanto temas mitológicos como religiosos: temas
mitológicos con lectura religiosa o de representación de poder; temas
religiosos con trasfondo profano... Las interpretaciones varían dependiendo de
quién o para quién estaba hecha la obra.
Bibliografía
•
POPE-HENNESSY, J. [1998]. La escultura italiana en el
Renacimiento, Madrid,
Ed. Nerea.
•
VIÑUALES GONZÁLEZ, J. Miguel [2008].
«La escultura italiana del Quattrocento», en Historia
del Arte Moderno Vol. II. Pintura y Escultura del Renacimiento,
Madrid, UNED, 21-48.
•
DEIMLING, B, y otros [2007]. «La
escultura del Renacimiento italiano», en El
arte en la Italia del Renacimiento: Arquitectura, escultura, pintura y dibujo, Ullman & Könemann, 176-237.
•
NIETO ALCAIDE, V. [1996]. El Arte del Renacimiento, Madrid, Historia 16.
•
HEREAUX, H. [2005]. Jesús y María Magdalena, Madrid, Edaf.
•
<http://alenarterevista.wordpress.com/2010/01/11/iconografia-cristiana-santosmaria-
magdalena-por-virginia-segui/> 27-11-2013
• <http://es.wikipedia.org/wiki/La_leyenda_dorada>
27-11-2013
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