“Aquellos sistemas que por preferir la agricultura
imponen restricciones a las manufacturas y al comercio exterior son
inconsecuentes y contradictorios. Todo hombre con tal de que no viole las leyes
de la justicia debe quedar perfectamente libre para abrazar el medio que mejor
le parezca para buscar su modo de vivir y sus intereses; y que puedan salir sus
producciones a competir con las de cualquier otro individuo.
Según el sistema de libertad de negociar, al
soberano solo quedan tres obligaciones principales a que atender: la primera,
proteger a la sociedad de la violencia e invasión de otras sociedades
independientes; la segunda, poner en lo posible a cubierto de la injusticia y
opresión a un miembro de la república de otro que lo sea también de la misma
(...) y la tercera, mantener y erigir ciertas obras y establecimientos
públicos, a los que nunca pueden alcanzar los intereses de los particulares, o
de pocos individuos, sino los de toda la sociedad en común”.
Función del Estado en la doctrina del liberalismo Económico. Adam Smith
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