Pido a
Dios su ayuda para acertar siempre en las difíciles decisiones que, sin duda,
el destino alzará ante nosotros. Con su gracia y con el ejemplo de tantos
predecesores que unificaron, pacificaron y engrandecieron a todos los pueblos
de España, deseo ser capaz de actuar como moderador, como guardián del sistema
constitucional y como promotor de la justicia. Que nadie tema que su causa sea
olvidada; que nadie espere una ventaja o un privilegio. Juntos podremos hacerlo
todo si a todos damos su justa oportunidad. [...]
Soy
plenamente consciente de que un gran pueblo como el nuestro, en pleno periodo
de desarrollo cultural, de cambio generacional y de crecimiento material pide
perfeccionamientos profundos. Escuchar, canalizar y estimular estas demandas es
para mí un deber que acepto con decisión.
Un
orden justo, igual para todos, permite reconocer dentro de la unidad del Reino
y del Estado las peculiaridades regionales, como expresión de la diversidad de
pueblos que constituyen la sagrada realidad de España. El Rey quiere serlo de
todos a un tiempo y de cada uno en su cultura, en su historia y en su
tradición.
La
Corona entiende, también, como deber fundamental, el reconocimiento de los
derechos sociales y económicos, cuyo fin es asegurar a todos los españolas las
condiciones de carácter material que les permitan el efectivo ejercicio de
todas sus libertades. [...] El Rey [...] expresa su más respetuosa
consideración para la Iglesia [...]. El respeto a la dignidad de la persona que
supone el principio de libertad religiosa es un elemento esencial para la
armoniosa convivencia de nuestra sociedad."
No hay comentarios:
Publicar un comentario