EL BLOG DE PACO.- El blogg está configurado como una herramienta donde centralizar toda mi tarea docente, tanto de profesor de IES como de preparador de opositores.
Para quienes me preguntan ¿para qué aprender?
"En la ignorancia del pueblo está el dominio de los príncipes; el estudio que los advierte, los amotina. Vasallos doctos, más conspiran que obedecen, más examinan al señor que le respetan; en entendiéndole, osan despreciarle; en sabiendo qué es libertad, la desean; saben juzgar si merece reinar el que reina: y aquí empiezan a reinar sobre su príncipe. [...] Pueblo idiota es la seguridad del tirano". F. Quevedo
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lunes, 31 de diciembre de 2018
domingo, 30 de diciembre de 2018
Alabanza del pianista James Rhodes a España.
Aquí os dejo un artículo del diario "El País", en el que el pianista James Rhodes alaba la forma en la que se vive en España. Valoremos dónde y cómo vivimos y que siga siendo así.
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sábado, 29 de diciembre de 2018
Oposición Geografía e Historia. Anexo Tema 8. Prácticas Sector secundario: La minería del Carbón en España, perspectivas de futuro.
Aquí os dejo un artículo aparecido en el diario "El País" sobre la minería del carbón en España y su evolución. Además de verlo aquí, podéis verlo en el siguiente enlace: ABRIR ARTÍCULO.
España se despide del carbón con el cierre de todas las minas
Los 26 últimos yacimientos tienen que cerrar el 1 de enero o devolver más de 500 millones de ayudas. Nueve de las 15 centrales térmicas que queman este contaminante combustible dejarán de funcionar en 2020
Y el fin de la minería del carbón en España llegó. El 1 de enero las 26 explotaciones de Asturias, Aragón y Castilla y León que quedaban en España –de las que ya solo 12 estaban en producción– tendrán que cerrar o devolver los más de 500 millones de euros que han recibido de ayudas públicas. A ese cierre se comprometió el Gobierno con la Comisión Europea a principios de esta década, cuando Bruselas concedió la prórroga final a una actividad económica deficitaria que lleva más de 30 años de ocaso en España. En noviembre ya solo quedaban 2.046 trabajadores adscritos al régimen especial de la minería del carbón, frente a los 51.420 que había en 1985. Y el 90% del carbón que se quema en España para producir electricidad se importa ya de otros países como Colombia o Rusia.

Las normas europeas van encaminadas a hacer desaparecer las centrales de carbón. Desde hace años funciona un mercado de emisiones que ahora obliga a las plantas a pagar más de 20 euros por cada tonelada de CO2que expulsan a la atmósfera. La previsión es que ese precio siga aumentando. Además, Bruselas pone cada vez más trabas a los Estados a la hora de dar subsidios encubiertos a las plantas.
Todo esto hace que las centrales de carbón sean cada vez menos atractivas. De hecho, las eléctricas han emprendido una carrera en España por deshacerse de unas plantas viejas que necesitan de costosas obras si quieren seguir operando. De las 15 centrales que queman carbón que hay ahora en España –y que este 2018 han generado el 14% de la electricidad del país– nueve cerrarán en el próximo año y medio. Al menos, es lo que quieren sus propietarias. Iberdrola y Endesa ya han presentado al Gobierno la petición para clausurar cuatro de sus plantas. Naturgy –antigua Gas Natural– presentará en breve la misma petición para otras tres de sus centrales. Y sin plantas térmicas el futuro de la minería, que ya estaba trazado desde principios de esta década, es aún más negro.
Bruselas aceptó en 2010 –tras las presiones de España y Alemania– que las minas deficitarias siguieran recibiendo ayudas públicas. Pero la condición principal de este pacto –que afectaba principalmente a España, Alemania y Rumania– era que los yacimientos tenían que cerrar el 31 de diciembre de 2018 como máximo. Si, llegada esa fecha, las explotaciones querían seguir operando, tendrían que poder hacerlo sin soporte público y devolver todas las ayudas recibidas.
En el caso de España, al margen de las prejubilaciones y bajas de los mineros, el plan de cierre acordado con Bruselas ha supuesto que las 26 minas afectadas –propiedad de 15 empresas– hayan recibido desde 2011 ayudas directas para el cierre por valor de 504 millones de euros.


El problema lo tienen las dos empresas privadas. Por un lado, deben presentar un plan para devolución de las ayudas que han recibido para el cierre desde 2011. Hijos de Baldomero García debe reembolsar 8,35 millones de euros y Samca, 8,5 millones, según fuentes del Gobierno. Al margen de si son capaces o no de devolver esos fondos, el principal escollo ahora sería a quién le venderán el carbón en un futuro inmediato.

En algunas comarcas, como El Bierzo, el impacto será grave”, reconocen fuentes del Gobierno. Y no tanto por el cierre de las minas, que ya cuenta con un plan de clausura con otros 250 millones de fondos públicos para los próximos años, sino por el fin de las térmicas. El Ejecutivo calcula que, entre empleos directos e indirectos con las nueve centrales se perderán 3.000 empleos en unas zonas azotadas ya por la despoblación.
viernes, 21 de diciembre de 2018
Oposición Geografía e Historia. Historia de España. La Monarquía visigoda.
MONARQUÍA VISIGODA
En
el 409 penetran en la Península varios pueblos germánicos: suevos (Gallaecia),
alanos (Lusitania y Cartaginensis) y vándalos (Bética). En el 507 los
visigodos, empujados por los francos, entran por el Norte y desde su capital
(Toledo) intentan controlar toda la Península. Este reino visigodo resulta de
la mezcla de elementos romanos (lengua, organización administrativa) y germanos
(rey electivo, derecho, etc.).
El
periodo de esplendor del reino visigodo se corresponde con el reinado de
Leovigildo (573-586), que intenta unificar el mundo hispano en todos sus
aspectos: unificación territorial (suevos, vascos y bizantinos, expulsados
éstos definitivamente por Suintila); unificación religiosa en torno al arrianismo,
pero lograda por Recaredo con la adopción del catolicismo como religión oficial
en el III Concilio de Toledo, 589; y la unión legislativa (culminada en el Fuero
Juzgo de Recesvinto, eliminando el código de Eurico que afectaba a los
visigodos y el código de Alarico para los hispanorromanos).
El
estado visigodo está encabezado por un rey electivo (a medias en esta época,
pues el rey asocia al trono al que será su sucesor). Su poder está muy
mediatizado por la nobleza (caso de Wamba, por ejemplo). El monarca era elegido
por la Asamblea de los hombres libres, y se ayudaba por el Officium
Palatinum, con dos órganos en su interior: el Aula Regia y los Concilios
de Toledo (de cometido político-religioso). En el Officium se sentaban los
cargos políticos más importantes después del rey: comes, especie de ministros
de asuntos concretos o cabeza de territorios; duques (gobernadores
provinciales); gardingos (jefes militares), comites civitates (jueces de las
ciudades), etc.
La
cultura decae respecto a la época romana y está en manos de la Iglesia (San
Isidoro de Sevilla y las Etimologías). En el arte destacan la
arquitectura, influenciada por la anterior hispanorromana y la bizantina (San
Juan de Baños, San Pedro de la Nave, Quintanilla de las Viñas) y la orfebrería
(típica de su pasado nómada: coronas votivas como la de Recesvinto, fíbulas,
etc.
Oposición Geografía e Historia. Historia de España: Proceso de romanización.
EL PROCESO DE ROMANIZACIÓN
La “romanización” es el
proceso de transformación gradual de los pueblos prerromanos que habitaban en
la Península en ciudadanos del Imperio Romano y la asimilación por éstos de sus
costumbres, organización política (provincias), jurídica (Derecho romano),
social y, muy especialmente, la lengua (el latín).

- Vías de comunicación.-
Con el objeto de controlar su amplio territorio, Roma se dotó de una excelente
red de comunicaciones. En Hispania las vías principales eran la Augusta (Valle
del Guadalquivir-Italia) y la Vía de la Plata (Gadir-Huelva, Mérida- Astorga).
Estas calzadas se convirtieron en ejes comerciales, pues enlazaban zonas y
ciudades del interior entre sí y de éstas con los puertos. Numerosos puentes de
la época permitían salvar los obstáculos naturales por donde transcurrían las
carreteras romanas.
- La ciudad.- En
el mundo romano las ciudades se convirtieron no sólo en centros político-administrativos,
sino también económicos, sociales, culturales… Se revitalizaron las ciudades
fundadas por los colonizadores y los indígenas, y nacieron otras nuevas. Pero
no todas poseían el mismo status. Podemos distinguir:
- Colonias:
Son fundaciones romanas a imagen de la Urbe: Barcino, Tarraco, Emerita
Augusta, Caesar Augusta, Bilbilis, Hispalis, Italica. Muy populosas algunas, en
ellas se elevaban multitud de edificios administrativos, teatros, coliseos,
acueductos y otros de utilidad pública.
- Ciudades
estipendiarias: Tomadas por la fuerza, por ello estaban obligadas a pagar
un estipendio o tributo, y sometidas fuertemente al pretor, máxima autoridad
romana.
- Federadas:
Conservaban sus derechos, pero estaban obligadas a prestar auxilio a Roma y
facilitar víveres para el ejército.
- Inmunes:
Disfrutaban de gran autonomía y estaban exentas de pagar impuestos.
- Organización
económica: El aumento de la producción agrícola y del comercio redundó en
un crecimiento de la población peninsular (7 millones de habitantes). La tierra
era símbolo de prestigio y riqueza. Se crearon grandes latifundios en manos de
la aristocracia senatorial y
se repartieron tierras entre colonos (antiguos soldados, por lo común, de
origen italiano), lo que supuso un crecimiento de la producción agrícola.
Aumentaron los regadíos (canales de Murcia y de Valencia), utillaje agrícola
más moderno, nuevas técnicas de cultivo (abonos, rotaciones). Hispania se
convirtió en colonia comercial respecto a la metrópoli: exportaba al resto del
Imperio vinos, aceite de oliva, minerales y esclavos; a cambio, importaba
productos manufacturados: cerámica, tejidos y objetos de lujo. Las ricas minas
peninsulares pasaban a propiedad del estado: las del oro del Noroeste, plomo de
Sierra Morena, plata y cobre de Cartagena, cobre de Riotinto y mercurio de
Almadén.
- Organización social:
El Imperio Romano era una sociedad esclavista muy jerarquizada y con distintos
grados de derechos políticos y jurídicos. Entre la población libre encontramos:
el orden senatorial (senadores latifundistas), el orden ecuestre (puestos
intermedios de la administración y dueños de negocios), los decuriones (burguesía
urbana) y la plebe (trabajadores). No obstante, siendo libres, no todos
poseían los mismos derechos. Hay ciudadanos romanos, latinos y súbditos del
Imperio. Conforme avanza el tiempo, tienden a unificarse, culminando este
proceso por la Constitutio antoniniana (Caracalla, 212 d.C.), que
concede la ciudadanía romana a todos los habitantes libres del Imperio. En el
último peldaño de la escala social estaban los esclavos, sin derecho
alguno, la mayoría procedente de los ejércitos vencidos por Roma.
- Religión, cultura y
arte: La importación a la Península de los cultos romanos contribuyó a la
romanización, aunque sus dioses tuvieron que coexistir con un abigarrado
politeísmo de origen indígena, fenicio, griego y otros cultos, novedosos en
esta área del Mediterráneo, de origen oriental. Más tarde llegó el
Cristianismo, que en un largo proceso de tres siglos fue creciendo hasta
convertirse en religión oficial de todo el Imperio, y de Hispania por tanto:
otro lazo común con Roma.
Quizás el hecho
romanizador más evidente fue la implantación del latín, traído por soldados y
comerciantes. De él derivarían nuestras lenguas, y sólo el vasco, atrincherado
tras las montañas del Norte, pudo pervivir como lengua no romance.
Prueba de esta
romanización reseñada, numerosos personajes públicos de alto nivel nacieron en
nuestro suelo: emperadores (Trajano, Adriano, Teodosio), filósofos (L.A.
Séneca), historiadores (Lucano), geógrafos (Mela), Marcial el epigramista, etc.
Restos del dominio romano
se conservan por doquier en infinidad de obras públicas: acueductos (Segovia),
murallas (Lugo), puentes (Alcántara), teatros (Mérida, Sagunto, Cartagena),
anfiteatros (Itálica), monumentos funerarios (Torre de los Escipiones), arcos
de triunfo (Bará, Medinaceli), templos (de Diana en Mérida), etc.
LA CRISIS DEL SIGLO III:
EL RURALISMO: Durante el siglo III el
Imperio Romano entra en un periodo de crisis en todos los ámbitos debido a la
dificultad de administrar territorios tan amplios como había logrado conquistar
en épocas precedentes. Los elementos que caracterizan esta crisis son:
debilitamiento del poder imperial (emperadores militares), con la consiguiente
autonomía de los gobernadores provinciales; revueltas
campesinas; guerras civiles localizadas; presión de los pueblos bárbaros, etc.
Diocleciano intentó
atajar la crisis mediante una nueva división territorial-administrativa, pero
el enorme peso impositivo del estado llevó a los grandes propietarios rurales a
huir a sus villas. Las ciudades comenzaron a decaer y, debido a la inseguridad
reinante, el pueblo buscó la protección de esos terratenientes a cambio de
entregarles sus tierras y/o trabajo. Es el sistema de colonato, antecedente
del feudalismo. Esta ruralización atentaba contra las bases del Imperio y de
todo el sistema esclavista que lo caracterizó (los esclavos ya no son rentables
y el Cristianismo además critica su existencia). Paralelamente a este proceso,
los pueblos germanos (“bárbaros”) van infiltrándose en el territorio imperial,
pacíficamente unas veces (como federados de Roma) o de forma violenta.
Oposición Geografía e Historia. Historia de España: Pueblos Prerromanos y colonizaciones.
PUEBLOS PRERROMANOS. LAS COLONIZACIONES.
En el primer milenio
antes de Cristo llegan a la Península varias oleadas de pueblos indoeuropeos,
expertos en la metalurgia del hierro (metal que revolucionó el armamento, lo
que explica su poderío militar que les permitió llegar hasta la India). Se
establecen en las llanuras interiores. Su elemento cultural definitorio era el
enterramiento en campos de urnas.

- Los
fenicios: Establecieron factorías en la zona del Estrecho y del
Mediterráneo Sur, donde fundaron Gadir, Malaca, Sexi y Abdera. A cambio de
nuestros minerales, dejaron un legado cultural importante: el torno de
alfarero, nuevas técnicas para la elaboración de tejidos y, sobre todo, la
escritura alfabética. Debido a su enfrentamiento con los griegos y a los
problemas en la metrópolis, fueron sustituidos por los cartagineses,
pueblo procedente de la gran colonia fenicia de Cartago en Túnez.
- Los
griegos: Llegaron desde su colonia de Massalia y se establecieron en
la mitad norte de la costa mediterránea: Rhode, Emporion, Hemeroskopeion.
Ejercieron una gran influencia sobre las poblaciones indígenas que transformó
su economía y cultura. Así, conocieron el uso de la moneda, nuevos cultivos
(olivo y vid), el arado y técnicas más modernas para la fabricación de cerámica
y tejidos.
- Tartessos:
Pocos
restos pero muchas fuentes literarias (leyendas, textos griegos e incluso
menciones en la Biblia) nos hablan de esta civilización desarrollada en el
Suroeste español (Huelva, Sevilla). Practicaron una agricultura muy
evolucionada que determinó diferencias sociales basadas en la desigualdad de la
riqueza. Igualmente importante fue su comercio, que practicaron con los
colonizadores e incluso con las Islas Británicas. A partir del siglo V a.C. se le
pierde la pista a Tartessos. Quizá se fraccione en diversos pueblos que reciben
el genérico nombre de ibéricos.
- Los
iberos: Son los primeros pueblos históricos que a partir del siglo V
a.C. habitan la costa mediterránea y el Valle del Ebro. Su denominación procede
del río Iberus. En el sustrato de su cultura se mezcla la influencia de los
pueblos colonizadores con las tradiciones tartésicas. Todas las tribus
ibéricas, aunque independientes entre sí, poseen rasgos comunes: la lengua
(todavía sin descifrar por completo), tradiciones espirituales y materiales, y
manifestaciones artísticas. Se asentaban en lugares elevados, donde una muralla
encerraba viviendas de adobe o piedra y cubiertas de ramaje. Su economía se
basaba en la agricultura (trilogía mediterránea), la ganadería y el comercio,
favorecido por la creación de una moneda propia. Eran excelentes metalúrgicos
del hierro (falcata) y su estructura social estaba muy jerarquizada: régulos,
guerreros, trabajadores y siervos. El poder de los monarcas dependía de las
zonas, siendo mayor en el Sur que en el Levante. Escultura y pintura sobre
cerámica
son las principales
manifestaciones artísticas: la Gran Dama del Cerro de los Santos (Albacete),
Dama de Baza, Dama de Elche (de clara influencia helenística), Bicha de
Balazote (Albacete).
- Los
pueblos célticos: Herederos de los primeros
indoeuropeos llegados a la Península, los asentados en el Noreste recibieron el
influjo de los pueblos colonizadores. El resto, distribuidos por el Norte y
Centro, conservaron sus características indoeuropeas, por lo que su cultura
estaba más atrasada. Construían sus poblados en zonas altas, de fácil defensa y
con doble muralla. Su economía se basaba en la ganadería, excepto los meseteños
(agricultura cerealista) y eran buenos metalúrgicos del hierro. Su organización
social se basaba aún en lazos de sangre. Varias tribus se agrupaban en clanes y
eran gobernadas por una aristocracia guerrera. El pueblo celta más conocido era
el galaico, asentado en el Noroeste peninsular, que habitaba en castros
(viviendas circulares con techumbre cónica dentro de una muralla doble). A la ganadería
se unía como recursos económicos la pesca y el marisqueo.
Historia de España: Prehistoria, del Paleolítico a la Edad de los Metales.
PREHISTORIA DE LA PENÍNSULA:
DEL PALEOLÍTICO A LA EDAD DE LOS METALES.
Hasta época
reciente los restos humanos hallados en la Península Ibérica eran escasos.
Sabemos de la existencia de homínidos por una abundante industria lítica
esparcida por todo el solar hispano. No obstante, descubrimientos recientes (de
finales del siglo XX y comienzos del actual) permiten afirmar que el
poblamiento de la península es muy antiguo, pudiendo remontarse hasta unos
800.000 años. Esto aparece atestiguado por los restos humanos hallados en los
grandes yacimientos de Atapuerca (Burgos) y otros menos conocidos pero
igualmente importantes: Cueva Victoria (Murcia) y Venta Micena en Orce
(Granada).
Lógicamente
estos restos del género Homo no pertenecen a un mismo grupo humano, sino a
“ensayos” en el proceso de hominización, que finaliza con el Homo sapiens actual.
Toda esta evolución se produce en el periodo más antiguo de nuestro devenir
histórico: la Prehistoria o Protohistoria. A continuación explicaremos ésta con
las divisiones clásicas de Edad de Piedra (Paleolítico, Mesolítico, Neolítico)
y Edad de los Metales (Cobre, Bronce, Hierro).
-
Paleolítico.- La
Península Ibérica estaba habitada por hombres depredadores que tallaban sus
instrumentos de piedra. Cazadores y recolectores, practicaban un nomadismo tras
sus presas. El larguísimo periodo del Paleolítico se divide tradicionalmente en
tres etapas: Inferior, Medio y Superior.
-
Paleolítico Inferior.- Aparecen
los restos más antiguos en la Gran Dolina de Atapuerca: el Homo antecessor, con
una antigüedad en torno a los 800.000 años. Este periodo se inicia en esa fecha
y se da por concluido hace unos 100.000 años. Dicho homínido comparte el solar
hispano con el Homo erectus, ambos preneandertales. Su industria lítica se
componía de lascas, choppers y hachas bifaces. Los instrumentos de mayor
antigüedad se encontraron en El Aculadero (Cádiz). Su actividad principal era
la caza de la gran fauna de la época, en la que los cazadores colaboraban entre
sí.
-
Paleolítico Medio (100.000-35.000 a.C.).- Dos
tipos humanos más desarrollados aparecen en la Península: el Homo
neandertalensis y el Homo sapiens. Habitan cuevas y abrigos rocosos,
conocen el fuego (de importancia capital) y su industria lítica es más perfecta
y variada (puntas de flecha, buriles, raspadores…). Por primera vez encontramos
enterramientos complejos (Cueva Morín en Cantabria), que permiten afirmar que
tenían conciencia de la muerte.
-
Paleolítico Superior (35.000-10.000 a.C.).- Tras un
periodo de convivencia de las especies Neandertal y Sapiens, aquélla
desaparece. Pervive únicamente nuestro antepasado más directo, el Homo sapiens,
cuya evolución a partir de ahora será simplemente cultural. Sus útiles de
piedra son cada vez más perfectos y a ellos se unen otros realizados en hueso,
marfil y madera: arpones, agujas, anzuelos, puntas de flecha. Como gran
novedad, practican una pintura parietal, cuyo sentido es aún motivo de
controversia. La fauna de la época aparece representada en cuevas del norte
peninsular como Altamira o El Castillo, en policromías de gran naturalismo.
-
Mesolítico (10.000-5.000 a.C).- Hace
unos 10.000 años comenzó el actual periodo interglaciar, cambio climático que
provocó la desaparición de las grandes presas. A partir de ahora los
instrumentos de caza se adaptan al menor tamaño de los animales que sirven de
sustento al hombre (microlitos). En la zona levantina se practica una pintura
monocromática y muy estilizada, donde el ser humano ya es protagonista de
escenas complejas (de caza, rituales, de la vida cotidiana…). Como ejemplos
citaremos las pinturas de Valltorta (Castellón) y El Mojao (Lorca).
-
Neolítico (c.a.5.000-3.000 a.C.).- Llegada
por influencia cultural desde el Mediterráneo Oriental, se produce la llamada revolución
neolítica. Esta etapa se caracteriza por el descubrimiento de la
agricultura y de la domesticación de animales. Del hombre paleolítico
depredador pasamos al hombre neolítico productor. Estas nuevas actividades
productivas permiten la sedentarización y aparecen ya poblados de
construcciones sencillas, aunque se sigan utilizando cuevas (Cova de l´Or en
Alicante). Para almacenar granos nace la cerámica y, ligados a la agricultura,
nuevos utensilios, como molinos de mano, hoces, cucharas de hueso o de piedra
pulimentada (no tallada, como en el Paleolítico).
En esta
época se practican enterramientos en sepulcros de fosa con ajuares funerarios
cuya materia prima se obtiene a veces de yacimientos mineros. Al final del
Neolítico la agricultura desplaza a la ganadería como actividad económica
primordial. Encontramos poblados de agricultores que elevan monumentos
megalíticos: menhires y dólmenes, como los de Menga en Antequera (Málaga),
ligados a enterramientos colectivos.
-
Edad del cobre.- En el
sureste español, hacia el 2.400 a.C. aparece la metalurgia del cobre. El
principal yacimiento de esta etapa es el de Los Millares (Almería).
Desde sus poblados amurallados en colinas, explotaban los yacimientos mineros
de la zona.
En torno
al 2.000 a.C. se desarrolla la Cultura del vaso campaniforme, de origen
europeo o incluso autóctono de la Península.
-
Edad del Bronce.- A
principios del II milenio a.C. se conoce ya la metalurgia del bronce (aleación
de cobre y estaño). También en Almería encontramos el poblado de El Argar,
que da nombre a una cultura de la que en Lorca existen restos abundantes. Un
elemento característico es la copa argárica.
En esta
misma época destacan las grandes construcciones megalíticas de las islas
Baleares (taulas, talayots y navetas) y, en Galicia, la cultura de los castros,
ligada al mundo atlántico.
lunes, 17 de diciembre de 2018
Historia España. Temas EBAU. Parte A.- El reformismo Borbónico.
Aquí os dejo el tema del reformismo borbónico.
TEMA 6: EL REFORMISMO BORBÓNICO DEL SIGLO XVIII:
Introducción: En el año 1700 murió sin descendencia Carlos II, lo que dio lugar a un conflicto dinástico entre Felipe de Borbón y el Archiduque
Carlos de Austria, cuya solución llegó con el Tratado de Utrech (1713), que supuso la instauración de una nueva dinastía, los Borbones, de origen francés.
Fue una etapa de reformas marcada por profundos cambios políticos inspirados por el llamado “despotismo ilustrado”, en cuya base está la copia
del absolutismo centralista y uniformador francés. El monarca más representativo de esta época fue Carlos III. Sistema político que se implanta con
los “Decretos de Nueva Planta”, que se aplican a los territorios de la Corona de Aragón, como represalia por apoyar al otro pretendiente y que suponen
la abolición de sus fueros, cortes y consejos.
Carlos de Austria, cuya solución llegó con el Tratado de Utrech (1713), que supuso la instauración de una nueva dinastía, los Borbones, de origen francés.
Fue una etapa de reformas marcada por profundos cambios políticos inspirados por el llamado “despotismo ilustrado”, en cuya base está la copia
del absolutismo centralista y uniformador francés. El monarca más representativo de esta época fue Carlos III. Sistema político que se implanta con
los “Decretos de Nueva Planta”, que se aplican a los territorios de la Corona de Aragón, como represalia por apoyar al otro pretendiente y que suponen
la abolición de sus fueros, cortes y consejos.
martes, 11 de diciembre de 2018
Oposición Geografía e Historia. Geografía Bachillerato. Anexo Tema 19 sobre crecimiento natural y comportamiento demográfico en España.
El primer semestre de 2018 registra el menor número de nacidos desde 1941
La cifra de
fallecimientos también es la mayor desde aquel año, cuando el INE comenzó su
recopilación de datos en España
El declive demográfico natural de España ha alcanzado un
máximo histórico, según los datos provisionales del
Instituto Nacional de Estadística (INE) publicados EL 11/12/2018. En la primera
mitad de 2018 solo hubo 179.794 nacimientos en España, la cifra más baja para
un primer semestre desde que empieza el registro del INE en 1941 —y un 5,8%
menos que el mismo periodo del año anterior—.
Además, aumentan las muertes: en este tiempo fallecieron 226.384 personas,
la cifra más alta desde 1941 (cuando la población de España era de 26 millones).
El balance de nacimientos restadas las defunciones, conocido como el
crecimiento vegetativo, queda en -46.590, un mínimo que supone un récord de la
serie histórica.
Esta
tendencia demográfica negativa comenzó en 2015 y
se proyecta hacia el futuro, con una pirámide de población en la que se
estrecha la base y se ensancha la punta. Los
alumbramientos cayeron con respecto al año pasado en todas las comunidades
autónomas, pero los descensos más fuertes se registraron en La Rioja (–13,7%),
Extremadura (–10,3%) y Cantabria (–7,8%).
Una razón es que ahora
están en edad reproductiva las mujeres nacidas a partir de 1978, "una
generación corta" que nació en un momento de baja fecundiad. Desde 1981,
la natalidad en España está por debajo de 2,1 bebés por mujer, la mínima para garantizar el reemplazo
generacional. En España, la cifra es
ahora 1,3, aproximadamente. Esta alteración del equilibrio demográfico
resulta en un envejecimiento progresivo de la población, que cada vez ejerce
mayor presión sobre los jóvenes trabajadores.
La
edad en la que las parejas tienen su primer bebé se retrasa cada año y,
con ella, cae también la probabilidad de tener más hijos. "Durante el año
2017 la edad media a la primera maternidad era de 30,8 años, y para las mujeres
de nacionalidad española casi un año más", Para Daniel Devolder, del Centro de Estudios
Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona "el aumento de la
edad a la primera maternidad es el principal problema en España que está
bloqueando la fecundidad". Según él, este dato explica gran parte del
descenso de los nacimientos incluso cuando la media de hijos que tiene cada
pareja no ha cambiado mucho en los últimos años.
La natalidad en España registró un máximo en tres décadas
en 2008, con 519.779 nacimiento, desde entonces la crisis económica redujo
drásticamente la fecundidad de los trabajadores temporales y parados, aunque no
tanto la de trabajadores con contratos fijos.
A pesar del
crecimiento vegetativo negativo, la población de España, de unos 46,6 millones,
está en aumento por la inmigración. Uno
de cada cinco bebés que nació en España durante la primera mitad de 2018 fue
hijo de una madre extranjera.
Para
Joaquín Arango, catedrático de Sociología en la
Universidad Complutense de Madrid, entre 2000 y 2010 hubo una entrada muy
significativa de migrantes a España. El balance vegetativo mejoró con los
nacimientos de madres extranjeras en ese periodo, pero ahora que se ha
ralentizado la inmigración, no es suficiente para compensar la mortalidad.

El declive demográfico se acelera en España con una cifra
récord de mortalidad
El número de fallecimientos en 2017, el
más elevado desde 1941, superó en más de 31.000 el de nacimientos
Nunca se habían registrado tantos fallecimientos en España
como los que avanzan los datos provisionales publicados este martes por el
Instituto Nacional de Estadística (INE). En 2017 fallecieron 423.643 residentes
en España, la mayor cifra desde 1941, cuando arrancó la serie histórica, y un 2,3% más que en 2016. Las muertes superaron además a los nacimientos, que
fueron 391.930, un 4,5% menos que el año anterior. En consecuencia, se produjo
un saldo vegetativo negativo que no es el primero —ya ocurrió en 2015— pero que
también marca un récord, con una diferencia
entre nacimientos y fallecimientos de -31.245.récord,
con una diferencia entre nacimientos y fallecimientos de -31.245.

Ha caído por tanto el número de mujeres en edad de ser
madre, pero también hay menos con una situación favorable para tener hijos. La
precariedad laboral y la inseguridad económica originada por la crisis han
reducido la tasa de natalidad, como señala Miret. “Ahora las parejas o las
mujeres atrasan la hora de tener hijos a la espera de tiempo mejores, lo que
también ha reducido la edad media a la maternidad”. Según los datos, las
mujeres que dieron a luz en 2017 tenían una media de 32,1 años, cuatro
por encima de los 28,5 de 1976 y una décima más que hace un año. Las españolas
tenían una media de 32,6 años, mientras las extranjeras residentes en España
tenían 29,7. La edad media de la primera maternidad se situó en los 30,9 años,
la mayor de la serie.
“Tormenta perfecta”
El cambio cultural ha disminuido los nacimientos y ha retrasado la edad media de la maternidad. Pero el factor que más negativamente pesa es el desempleo y la temporalidad”, coindice también Arango. “Si no cambia esto, la natalidad no crecerá. En España este es el peor cóctel para la fecundidad y unido al acceso a una vivienda hace pensar que España está en medio de la tormenta perfecta”, añade.
CINCO AÑOS DE VIDA MENOS, SEGÚN DONDE SE NAZCA
La esperanza de vida al nacimiento de media en España continúa en los 83,1 años, la misma que en 2016. Los datos del INE son diferentes para hombres (80,4 años) y mujeres (85,7). Según las estadísticas provisionales, una persona que alcanzó los 65 años en 2017 llegará a vivir, de media y previsiblemente, 19,1 años más si es hombre y 23 si es mujer.
El lugar de
nacimiento influye en la esperanza de vida y la media puede llegar a variar
hasta cinco años según la comunidad autónoma. Mientras que en la Comunidad de
Madrid la esperanza de vida al nacimiento alcanzó los 84,5 años en 2017 —el
valor más alto en España—, en la ciudad autónoma de Ceuta la media se situó en
70,4. A Madrid le sigue la Comunidad Foral de Navarra y Castilla y León, ambas
con 83,8 años, y La Rioja con 83,6. En los últimos puestos de la tabla y por
encima de Ceuta, están Melilla con 80,4, Andalucía con 81,8 y Extremadura con
82,3.
El
catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid Joaquín
Arango explica esta “paradoja” como una consecuencia del aumento del envejecimiento
en España. “Pese a que la esperanza de vida es mayor a causa de los avances
científicos, la mortalidad elevada se explica por el aumento del número de
mayores. Lógicamente, cuantas más personas haya, mayor será el número de
defunciones”, explica.
lunes, 10 de diciembre de 2018
Geografía.- 2º Bachillerato. Material didáctico para prácticas: Cómo comentar e identificar hidrogramas.
Aquí os dejo el enlace de la presentación que hemos visto esta mañana. Abrirla cada vez que necesitéis. ¡Ánimo!, ¡por fin llega el final de trimestre!.
ABRIR PRESENTACIÓN PINCHANDO SOBRE LA IMAGEN O AL FINAL.
viernes, 7 de diciembre de 2018
TEMA: LA ESPAÑA DEL SIGLO XIX (4º ESO)
TEMA: LA ESPAÑA DEL SIGLO XIX (4º ESO)
INTRODUCCIÓN
A pesar de las reformas del Despotismo ilustrado, a finales del
siglo XVIII España seguí manteniendo los rasgos propios de una sociedad
feudo-señorial y un régimen político incapaz de resolver los problemas que asolaban
el país.
No obstante, durante el siglo XIX se experimentaron, como en el
resto de los países de Europa occidental, una serie de cambios que dieron lugar
a la instauración de un régimen liberal, mientras que la sociedad estamental
propia del Antiguo Régimen fue sustituida por la sociedad de clases.
Aún así, fue un siglo convulso, protagonizado por varias guerras
civiles y numerosos pronunciamientos. La industrialización del país apenas se
llevó a cabo, mientras que, a pesar de diversas mejoras en los transportes, el
país siguió mal comunicado.
Por todo ello, España pasa a ser una potencia de segundo orden en
el concierto internacional, lo que, unido a su debilidad económica, la
convirtieron en una de las sociedades más pobres de Europa.
LA
GUERRA DE LA INDEPENDENCIA Y LAS CORTES DE CÁDIZ (1808- 1814)
La crisis del
Antiguo Régimen: Carlos IV
Durante
el reinado de Carlos IV tiene lugar la Revolución Francesa, lo
que condicionó la política de su reinado, lo que se manifestó en la imposición
por Floridablanca de férrea censura contrarrevolucionaria. Éste fue sucedido
por el Conde de Aranda, más favorable a las ideas liberales pero fue sustituido
a causa de los acontecimientos que se desarrollaban en Francia y su
transigencia hacia ellos. Su lugar es ocupado por Manuel Godoy,
quien dirigió la política española desde 1792 hasta 1808.
La Guerra de
Independencia (1808-1914)
A
partir de 1796, la política española se vinculó al expansionismo francés. La
derrota de la flota hispano-francesa en Trafalgar confirmó el
dominio inglés de los mares. En 1807, Francia consigue que España firme
el Tratado de Fontainebleau, por el que acordaban invadir
Portugal. Las tropas francesas debían atravesar el país para llegar a Portugal
pero, en realidad, no fue más que un pretexto pues las tropas francesas
comenzaron a invadir toda la península.
Ante el peligro, Godoy aconseja a la familia
real que se refugie en Sevilla por si fuera necesario embarcar hacia América,
pero esta noticia inquietó al pueblo que, instigado por el príncipe Fernando,
se amotinó en Aranjuez en marzo de 1808 (Motín de Aranjuez), asaltando
la casa del valido. Estos hechos hicieron que Carlos IV destituyera a Godoy y,
posteriormente, él abdicara en su hijo Fernando. Carlos y Fernando se reúnen
con el emperador para dirimir los conflictos; finalmente, Fernando renunció a
la Corona y Carlos abdica en Napoleón a cambio de una pensión anual y de unas
posesiones territoriales (hecho conocido como las Abdicaciones de
Bayona). Napoleón, por su parte renunció a sus derechos al trono a favor de
su hermano José, proclamándolo rey de España. Ante el secuestro de la familia
real, el 2 de mayo se produce una sublevación en Madrid, seguida por otras
ciudades dando comienzo a la guerra.
La guerra fue a la vez de liberación contra los
franceses, pero también civil ya que la población quedó dividida entre
afrancesados (quienes apoyaron el reinado de José I) y patriotas.
La contienda se desarrolló en tres fases:
- Primera fase (hasta finales de 1808). Los franceses sitian Zaragoza e inician su avance hacia el sur pero son derrotados en Bailén. La resistencia española fue sorprendente.
- Segunda fase (finales 1808-1812). Se trató de una fase protagonizada por el dominio francés pues, a comienzos de 1810, toda la península, excepto Cádiz, se encuentra bajo dominio del ejército galo. En esta época surgieron las guerrillas que hostigaban a las tropas napoleónicas.
- Tercera fase (1812-1814). Tropas españolas, al mando de Wellington lanzan una contraofensiva y derrotan a los franceses en Arapiles. En abril de 1813 se firma la paz, aunque los franceses no se retiraron hasta 1814.
Las Cortes de Cádiz
La
guerra tuvo importantes consecuencias políticas pues, ante la ausencia de la
familia real, se produjo un vacío de poder en España. De ahí que se formen
juntas revolucionarias; posteriormente, estas juntas se unieron en un solo
mando, la Junta Central Suprema que convocó a Cortes con el
objetivo de elaborar una Constitución que garantizara las libertades personales
y acabara con las instituciones del Antiguo Régimen en un intento de abrir
España a la libertad y el progreso. Por tanto, además de una guerra, se estaba
llevando a cabo una revolución liberal en uno de los pocos territorios que
permanecían libres del dominio francés.
Entre los diputados de estas Cortes se
distinguían diversas ideologías:
- Liberales, partidarios de establecer un régimen liberal similar al francés (libertades, garantías constitucionales, etc.).
- Serviles, partidarios de mantener el Antiguo Régimen con Fernando VII como rey.
- Diputados americanos, que defienden sus problemas.
La Constitución de Cádiz fue aprobada el 19 de
marzo de 1812, a lo que debe su nombre, y establece el modelo del liberalismo
español durante el siglo XIX:
- Separación de poderes: Legislativo (Cortes), Ejecutivo (el Rey y sus ministros) y Judicial (tribunales de justicia).
- Soberanía compartida (Cortes con el Rey)
- Defensa de la propiedad privada.
- Igualdad de los ciudadanos ante la ley.
- Libertad de expresión, de prensa, de reunión, etc.
- Estado confesional católico.
- Sufragio censitario.
REINADO
DE FERNADO VII
Terminada la Guerra de Independencia contra los
franceses , las Cortes se trasladaron a Madrid para preparar el regreso de
Fernando VII. Pero éste, abolió todo lo que habían hecho las Cortes de Cádiz y
restauró el absolutismo. Durante el reinado de Fernando VII se distinguen
varias etapas:
El
Sexenio absolutista (1814-1820)
Durante esta etapa, Fernando abole
la obra de las Cortes de Cádiz en parte por su voluntad y en parte por el
contexto de la Europa de la Restauración, en la que triunfa la Santa Alianza,
una vez derrotado Napoleón. Además, le influye el Manifiesto de los
Persas, redactado por una serie de diputados realistas, en el que le
aconsejan ignorar la Constitución.
El
Trienio Liberal (1820-1823)
En 1820, el pronunciamiento de los
militares destinados a América para detener la secesión americana, dirigidos
por Rafael Riegoestablece un régimen liberal. Fernando VII,
asustado por los hechos, jura la Constitución de Cádiz, que vuelve a ponerse en
marcha. Durante este periodo, protagonizado por importantes políticos,
como Martínez de la Rosa, se ponen en marcha medidas de corte
liberal, como la abolición del Santo Oficio y la desamortización eclesiástica.
No obstante, Fernando VII pidió
ayuda a la Santa Alianza, que se concretó con la entrada en España de un cuerpo
del ejército llamado los Cien Mil Hijos de San Luis, al mando del
duque de Angulema, que repusieron a Fernando VII como rey absoluto.
La
Década Ominosa (1823-1833)
En est periodo la persecución
contra los liberales es constante, como muestran los ajusticiamientos de Riego, Torrijos y Mariana
Pineda. No obstante, la situación del país es precaria (endeudamiento,
producción paralizada, una población hambrienta y extenuada por los impuestos)
y el régimen absolutista de Fernando es tan solo apoyado por la nobleza y la
Iglesia, por lo que el monarca no tuvo más remedio que pedir ayuda a la
burguesía bancaria.
En este contexto, el nacimiento de Isabel, hija de Fernando y la reina
María Cristina, plantea un problema dinástico debido a la prohibición de que
las mujeres reinaran (Ley Sálica). Mientras, las facciones más
absolutistas se reúnen en torno al hermano del rey, Carlos, lo que más tarde
provocará una guerra civil
EL REINADO DE ISABEL II (1833- 1868)
En 1830, Fernando VII hizo pública la Pragmática
Sanción, por la que se permite reinar a las mujeres, aunque con preferencia
masculina. De esta manera, su tío, Carlos, se ve privado del trono. A la muerte
del rey, Isabel, una niña de tres años, es proclamada reina, ocupándose de la
regencia u madre María Cristina.
La
Guerra Carlista
El carlismo se desarrolló
fundamentalmente en las regiones forales (País Vasco, Navarra, bajo Ebro y
Cataluña) y tuvo un apoyo fundamentalmente eclesiástico y campesino, a los que
se sumaron algunos sectores de la aristocracia y el ejército. Sin embargo, la
mayoría de los grupos sociales aspiraban a un sistema liberal y apoyaron a
María Cristina, que debió apoyarse en el liberalismo para defender los
intereses liberales.
La guerra acabó con el triunfo de
los liberales en 1839 y se selló en el Abrazo de Vergara entre
los generales Espartero (liberal) y Maroto (carlista).
La
regencia de María Cristina (1833-1840)
En esta etapa, el liberalismo español se encuentra
dividido en liberales moderados (partidarios
partidarios de reforzar la figura del rey y de reformas limitadas) y progresistas (defienden una profunda
política de reformas). María Cristina dio el poder a los liberales moderados,
aunque, ante las protestas populares y el pronunciamiento militar de La
Granja, se vio obligada a entregar el gobierno a los progresistas.
En los años siguientes se lleva a
cabo la desamortización de Mendizábal (1836). La
desamortización consistió en desvincular aquellas tierras que se encontraban
ligadas a la nobleza, el clero y los municipios, permitiendo su venta o
repartimiento. De esta manera, se pretendía evitar que los antiguos estamentos
monopolizaran el poder económico y dotar de tierras al campesinado carente de
ella, al tiempo que se propiciaba una explotación más adecuada del campo
español.
Se redacta también una nueva Constitución (1837), que
establecía la soberanía nacional como principio fundamental, el reconocimiento
de un amplio conjunto de derechos para los ciudadanos, la división de poderes y
el sufragio censitario. Se trató de una constitución no tan avanzada como la de
Cádiz, pero que se concebía como un punto intermedio entre moderados y
progresistas.
La
regencia de Espartero (1840-1843)
En 1840, María Cristina debió dimitir y exiliarse a Francia debido a
enfrentamientos con los progresistas. En esos momentos, se hace cargo de la
regencia Espartero, que gobernó de forma autoritaria. Esto hizo que moderados y
progresistas se unieran bajo la figura del general Narváez para
dirigir un pronunciamiento contra el regente, que le obligó a dimitir.
ESQUEMA DEL LIBERALISMO ESPAÑOL DURANTE EL SIGLO XIX
·
PROGRESISTAS
|
·
MODERADOS
|
· Soberanía Nacional
(Cortes).
· Limitación de los
poderes de la Corona.
· Sufragio censitario
más amplio.
· Declaración de
derechos más amplia.
· Estado confesional,
pero libertad de culto.
· Apoyados por la
pequeña y mediana burguesía, profesionales liberales, artesanos y militares
de baja graduación.
|
· Soberanía
Compartida (Cortes-Corona).
· Corona (derecho
veto, nombrar ministros, disolver Cortes).
· Sufragio censitario
muy limitado.
· Derechos limitados.
· Estado confesional
sin libertad de culto.
· Apoyados por la
aristocracia latifundista, alta burguesía, alto clero y militares de alta
graduación.
|
El reinado de Isabel II. Mayoría de edad (1844-1868)
Una
vez decretada la mayoría de edad de Isabel comienza su reinado, en el que se
pueden distinguir varias etapas:
a) La década moderada (1844-1854). Isabel
manda formar gobierno al general Narváez, por lo que esta etapa vendrá marcada
por el liberalismo moderado. Destaca la redacción de la Constitución de
1845, en la que se establece la soberanía compartida entre la Corona y las
Cortes, sufragio restringido a los más ricos, restringe la libertad de prensa,
establece Cortes bicamerales y establece la confesionalidad católica del Estado
español, hecho este último reforzado por la firma de un Concordato con la Santa
Sede en 1851, por el que ésta reconoce la desamortización y el “Patronato
Regio” (derecho del Estado a elegir los candidatos a obispos para las
sedes vacantes), mientras que España concede la protección del poder a la
Iglesia, la confesionalidad del Estado y la intervención eclesiástica en
educación.
Se realizan también una serie de
reformas administrativas, como la creación del Banco de España y
de la Guardia Civil(1844).
En
este periodo, de predominio moderado, se experimentan divisiones dentro de los
progresistas, de los que se escindió el Partido Demócrata, que exigía
el sufragio universal, y los republicanos, favorables a la
proclamación de una república.
b) El Bienio Progresista (1854-1856). En
1854 tiene lugar un pronunciamiento en Vicálvaro dirigido
por Leopoldo O’Donnell, que establece un nuevo gobierno progresista.
Durante esta etapa se redacta un nuevo texto constitucional que no llegó a ser
promulgado, se realiza una nueva desamortización (Desamortización de Madoz,
1855) y se aprueba la Ley de Ferrocarriles, que permitió la
construcción de la red de ferrocarriles en España. No obstante, la situación
social del país sigue siendo precaria a causa de la grave crisis económica, los
elevados impuestos y la subida del precio de los alimentos
c) La crisis de la monarquía isabelina (1856-1868). Este
periodo estuvo presidido por la inestabilidad política. El general Narváez toma
de nuevo las riendas del gobierno, mientas que O’Donnell crea un nuevo partido,
la Unión Liberal; durante este periodo ambos van a alternarse el
poder, quedando los progresistas fuera del mismo.
La actuación autoritaria de los sucesivos gobiernos acentuó la oposición
al régimen de Isabel. En 1866, progresistas y demócratas firman el Pacto
de Ostende(Bélgica) en el que planean el destronamiento de Isabel II y la convocatoria
de Cortes Constituyentes mediante sufragio universal.
EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-
1874)
El
alzamiento se inició en Cádiz al mando de los generales Serrano, Dulce y Prim,
y el almirante Topete. Pronto la sublevación se generalizó y la derrota
de las tropas gubernamentales forzó a Isabel a exiliarse a Francia. Esta
sublevación fue conocida como la “Gloriosa”.
El Gobierno Provisional (1868-1871)
Se establece
entonces un Gobierno Provisional dirigido por Serrano al tiempo que se prepara
la elaboración de un nuevo texto constitucional. Nace así la Constitución
de 1869, de corte progresista y cuyas características fueron:
§ Soberanía
nacional.
- Separación de poderes.
- El Estado se constituye como una monarquía parlamentaria.
- Amplia declaración de derechos (libertad de culto, de enseñanza, de imprenta, de reunión y de asociación, etc.).
- Sufragio universal masculino.
§ Sistema
bicameral con electividad total.
Declarada España como una monarquía es
necesario encontrar un rey. Gracias a las gestiones llevadas a cabo por el
general Juan Prim, el príncipe italiano, Amadeo de Saboya, aceptó
el trono de España.
El reinado de Amadeo de Saboya
(1871-1873)
El nuevo monarca debe apoyarse en los grupos políticos progresistas y
demócratas, ya que cuenta con la oposición de los monárquicos y la Iglesia (que
desean la vuelta al absolutismo) y de los republicanos.
Amadeo debió enfrentarse durante su reinado con un nuevo conflicto
carlista y una insurrección en Cuba. Ante tales circunstancias y asesinado
Prim, su único apoyo, Amadeo renuncia al trono de España. Ese mismo día,
Congreso y Senado proclaman la I República.
La Primera República
(1873-1874)
La I
República se desarrolla en un breve espacio de tiempo (febrero de 1873- enero
de 1874) y en ese breve tiempo se suceden cuatro presidentes (Figueras, Pi y
Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar).
Se diseñó un proyecto de Constitución (1873), que no
llegó a ser aprobada, en la que España se declaraba como una República Federalista,
por la que el país se constituía de 17 Estados Federales.
El nuevo régimen se desarrolla en un contexto claramente difícil y hostil
pues predominaban las tendencias monárquicas y en ese momento
se desarrollan dos contiendas bélicas (la tercera guerra
carlista y la insurrección independentista de Cuba). Otro problema fue la
división entre aquellos que deseaban una república federalista y los
partidarios de una república unitaria y esta división provocó el estallido
del movimiento cantonalista, que proclamó repúblicas independientes
por toda Andalucía y que tuvo mucha fuerza en el levante español. Se trató de
un movimiento de tipo regionalista que achacaba los males del país a la
política uniformista y autoritaria del gobierno. No obstante fue duramente
reprimido.
En estas circunstancias, el general Pavía da un golpe de Estado,
proclamando una República Unitaria, presidida por el general Serrano.
Pero la causa Alfonsina, bajo la dirección de Antonio Cánovas del
Castillo toma fuerza. Sin embargo, en contra de las ideas de Cánovas
del Castillo, que deseaba la vuelta de Alfonso de manera democrática, se
produce un golpe de Estado, dirigido por el general Martínez Campos,
que proclama rey de España a Alfonso XII, hijo de Isabel II.
LA ESPAÑA DE LA RESTAURACIÓN
(1874- 1902)
Agotado el sistema político, va tomando
fuerza la idea de Antonio Cánovas del Castillo de restaurar la monarquía en la
familia de los Borbones. Cánovas prepara el regreso de Alfonso con gran
prudencia. Redactó un manifiesto que el príncipe firmó en Sandhurst,
academia militar inglesa donde se encontraba estudiando. Pero los
acontecimientos se precipitaron cuando el general Martínez Campos proclama rey
a Alfonso tras un pronunciamiento en Sagunto. Se reinstaura así la monarquía.
Los principios fundamentales del nuevo sistema político de la restauración
fueron la Constitución de 1876 y la alternancia en el poder de los partidos.
La Constitución de 1876
Cánovas
inició el proceso constitucional y concibió este documento como un equilibrio
entre la constitución moderada de 1845 y la revolucionaria de 1869. Sus
características fueron:
- Soberanía compartida entre el Rey y las Cortes.
- Amplia declaración de derechos (seguridad personal, inviolabilidad del domicilio y de la correspondencia; libertad de conciencia, expresión y enseñanza; derecho de reunión y asociación, etc.).
- Sufragio censitario para el 5% de la población que, en 1890 pasa a ser sufragio universal masculino.
- Confesionalidad católica del Estado, aunque con libertad de culto.
- Sistema bicameral, aunque los senadores son nombrados por la Corona.
El
turnismo político
Este sistema consistió en la alternancia en el poder del Partido
Liberal, liderado por Sagasta, y el Partido Conservador,
liderado por Cánovas del Castillo.
Para que el sistema funcionase debía basarse en el fraude y la corrupción
electoral, que se organizaba de la siguiente manera. Primero, el rey decidía
qué partido iba a gobernar y después se convocaban elecciones, debidamente
amañadas para ganara el partido elegido; el Ministro de Gobernación realizaba
el “encasillado”, es decir, decidía los diputados que habían
de ser elegidos por cada distrito; posteriormente, el gobernador civil de cada
provincia, puesto de acuerdo con los caciques comarcales y municipales,
manipulaba las elecciones bien comprando los votos, recurriendo al favor
popular repartiendo puros y vino, o bien utilizando la coacción; si estas
medidas no daban resultada se recurría al “pucherazo”, es
decir, aparecían más votos que electores o se votaba en nombre de vecinos ya muertos.
La oposición al sistema
Fuera de este sistema quedaban
fuerzas políticas cada vez más importantes. Por un lado, los socialistas,
liderados por Pablo Iglesias, que había fundado en 1879 el Partido
Socialista Obrero Español (PSOE). Años después se creó la Unión
General de Trabajadores (UGT), sindicato vinculado al PSOE.
Por otro lado, en esta época surgen
los partidos nacionalistas, que reaccionan contra el Estado
centralizado y que también quedan fuera del sistema de turno. Fueron
importantes en Cataluña, País Vasco y Galicia y, algo más tarde, destacó el
Andalucismo de Blas Infante.
La Regencia de María Cristina
Muerto Alfonso XII, su segunda
esposa, María Cristina de Habsburgo se hace cargo de la
regencia de su hijo Alfonso (futuro Alfonso XIII).
Durante esta etapa el hecho más
importante fue la pérdida de las últimas colonias españolas, el llamado “Desastre
de 1898”.
En 1895 estalla en Cuba un
levantamiento independentista bajo el denominado “Grito de Baire”,
dirigido por José Martí. Las causas que precipitaron la
insurrección fueron el incumplimiento del Convenio de Zanjón (1878,
libertades personales); la incapacidad española para absorber toda la
producción de azúcar y otros productos cubanos y de proveer a la isla de
manufacturas; y el aumento del sentimiento patriótico cubano, instigado por
Estados Unidos. Al mismo tiempo, en Filipinas se originaron también movimientos
independentistas, dirigidos por José Rizal.
Una vez que estalla la
insurrección, Cánovas del Castillo encomienda la misión de negociar y cortar el
avance de los insurrectos al general Martínez Campos. Ante su fracaso, fue
sustituido por el general Valeriano Weyler, que propuso como
solución la creación de líneas fortificadas (trochas) y la concentración de los
campesinos en los poblados para impedir que ayudaran a los rebeldes.
El presidente norteamericano William
Mckinley protestó ante el gobierno español por la dura actitud de
Weyler y exigió la pacificación de la isla. Es más, llegó a gestionar con María
Cristina la compra de la isla por trescientos millones de dólares, a lo que se
opuso rotundamente.
Aprovechando la voladura del
acorazado Maine, buque de guerra estadounidense anclado en el
puerto de La Habana, Estado Unidos declara la guerra a España. La dificultad de
una guerra con dos escenarios, el Pacífico y el Atlántico, y la clara
superioridad estadounidense hicieron que la guerra terminara pronto con la
derrota de España. Por el Tratado de París, España reconoce la
independencia de Cuba y cedía Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam a
Estados Unidos. El resto de las posesiones españolas (islas Marianas, Palaos y
Carolinas) fueron vendidas a Alemania al año siguiente por 25 millones de
marcos.
La derrota española, conocida como el desastre del 98, provocó una gran frustración
en la clase política española, el pesimismo de los intelectuales y una crisis
moral general. Como consecuencia, surgió el Regeneracionismo, cuya
máxima figura fue Joaquín Costa, que proponía reformas para superar
el atraso del país y acabar con el caciquismo y la corrupción.
La Independencia de la
América Hispana (1808-1826).
Las causas de la Independencia.
Las colonias españolas en América tenían deseos de independizarse de
España, a causa de:
-
La difusión de las ideas de la
Ilustración, extendidas por la Enciclopedia, la Revolución Norteamericana y la
Revolución Francesa.
-
El éxito de los Estados Unidos en su
independencia.
-
El descontento de la burguesía criolla.
Los criollos eran descendientes de españoles afincados en América. Los criollos
tenían el poder económico, porque poseían las tierras y controlaban el
comercio. Pero no tenían el poder político, que estaba en manos de los
“peninsulares”, con cargos nombrados por la Corte de Madrid. Además, el
comercio estaba controlado por España, y los criollos veían en este control un
freno para sus intereses y su desarrollo.
El fin del Imperio
americano.
Cuando en 1808 Napoleón invadió España, en América también se formaron
juntas, integradas por criollos, que tomaron el poder. Algunas de estas juntas
se negaron a acatar la autoridad de España y proclamaron su independencia
(Buenos Aires, 1810).
Tras la derrota de Napoleón en 1814, España intentó recuperar estos
territorios enviando tropas. Pero en general Bolívar desde Venezuela, y el
general San Martín desde Argentina, avanzaron hacia Perú, independizando los
países a su paso. En la batalla de Ayacucho (1824) España perdió sus últimas
posesiones continentales en América. Sólo conservó Cuba y Puerto Rico, y las
islas Filipinas, hasta 1898.
Los problemas de las nuevas Repúblicas Americanas. Los estados americanos independizados se convirtieron en repúblicas,
fragmentando el territorio según la voluntad de los caudillos locales. El
ejército retuvo mucho poder, y a menudo controló la política de los nuevos países.
Los problemas sociales no se solucionaron y se agravaron las desigualdades
sociales y económicas.
|
El proceso de industrialización
Aunque durante el siglo XIX se estableen en España las bases de la
industria moderna, no puede afirmarse que se desarrollara un verdadero proceso
de industrialización, sino que, más bien, éste fracasó. Esto no significa que
no se realizaran esfuerzos en pro de la industrialización del país. Destacan
los esfuerzos de la clase empresarial catalana por crear una industria y los
intentos progresistas por sentar las bases políticas y legislativas de una
sociedad moderna (legislación del Bienio Progresista y Sexenio
Democrático).
Al igual que en Inglaterra, las industrias textil algodonera y
siderúrgica fueron las que sufrieron transformaciones en España, pero les faltó
una agricultura próspera y comercializada, una red de transporte eficaz y la
creación de una red financiera a escala nacional. En el desarrollo de la
industrialización española cabe destacar los siguientes puntos:
- La industria textil fue la más destacada, localizada en Cataluña; y, con ella, la industria siderúrgica, con sus principales focos en el País Vasco, Asturias y la costa andaluza, si bien ésta última no pudo competir con las siderurgias vascas.
- En cuanto a Andalucía, la siderurgia andaluza surgió en Málaga, donde Manuel Agustín Heredia fundó unos altos hornos (1826) que acapararon la producción durante la primera mitad del siglo XIX. Sin embargo, el hierro producido era muy caro, más aún cuando se aprobó un impuesto que gravaba las importaciones de carbón, material que se utilizaba en dichos hornos como combustible. También en Málaga, las familias Heredia y Larios fundaron industrias textiles, que no pudieron competir con los textiles catalanes. A partir de 1865, la siderurgia andaluza entra en una crisis de la que nunca se recuperó. Por tanto, podemos afirmar que el proceso de industrialización fracasó en Andalucía debido al elevado coste de la fuente de energía utilizada, la incapacidad para exportar la producción y la concentración del capital en manos de una reducida oligarquía.
- También se fundaron las primeras entidades financieras, como el Banco de España y la Bolsa de Madrid.
- Comienza la construcción de la red ferroviaria española hacia 1855, una vez proclamada la Ley General de Ferrocarriles. La red tenía una estructura radial con centro en Madrid, aunque el ancho de vía era mayor que en el resto de Europa, lo que dificultó los intercambios con el resto del continente.
- También se desarrollaron sectores como la electricidad, aplicada al alumbrado público; el petróleo, que permitió la difusión del automóvil; y la industria química.
No obstante, los problemas de la industria española fueron grandes, pues
no era un sector competitivo, por lo que el Estado ponía fuertes impuestos a
los productos extranjeros para fomentar el consumo de los productos nacionales.
Además, la modernización tan sólo se produjo en algunas regiones, como
Cataluña, País Vasco y Madrid, mientras que el resto del país seguía muy
atrasado.
El
problema del campo
Durante el siglo XIX la agricultura fue el sector económico más
importante. Sin embargo, soportó una permanente situación de atraso como
consecuencia de una desigual distribución de la tierra, de la ausencia de
innovaciones tecnológicas y de los bajos rendimientos.
La propiedad de la tierra estaba, en gran medida, en
manos de la nobleza y de la Iglesia. La nobleza, gracias a la institución
del mayorazgo, había constituido un patrimonio de bienes rústicos
sustraídos al libre comercio; y es que merced al mayorazgo, esas tierras no
podían ser enajenadas ni divididas, sino que debían ser trasmitidas íntegras al
primogénito. Por otro lado, la Iglesia poseía grandes extensiones de tierra
como consecuencia de las numerosas donaciones. Por tanto, la tierra quedaba
inmovilizada y convertida en “manos muertas”.
La desamortización fue una de las medidas adoptadas por
el régimen liberal, aunque nunca obedeció al deseo de una reforma agraria,
reclamada desde antiguo, sino a la penuria de la Hacienda española. Mediante la
desamortización de desvincularon las tierras de sus propietarios haciéndolas
aptas para ser vendidas, enajenadas o repartidas.
La venta de dichas tierras favoreció que algunos burgueses las compraran.
De esta manera, las tierras pasaban a manos de personas con espíritu
empresarial que modernizaron los métodos de cultivo, ampliaron la superficie
cultivada y aumentaron la producción agrícola.
No obstante, en Andalucía, la mayor parte de la tierra siguió en manos de
los grandes propietarios y nunca pasaron a manos de los campesinos, a los que
se pagaba unos salarios muy bajos. Estas precarias condiciones laborales y de
vida dieron lugar a la lucha campesina por la propiedad de la tierra,
produciéndose la ocupación de tierras en muchos lugares de Andalucía (Sevilla
en 1857 y Loja en 1861) siempre duramente reprimidas.
Cambios
demográficos
A
finales del siglo XIX, España mantenía altas tasas de natalidad y mortalidad
(36 y 30 por mil respectivamente) y fue así porque el desarrollo demográfico no
estuvo acompañado de un desarrollo económico paralelo. Los factores que
explican la alta mortalidad española fueron la baja productividad agraria, la
deficiente red de transportes, que impedía la distribución de alimentos y la
escasa sanidad e higiene pública. Por tanto, la escasa diferencia entre
natalidad y mortalidad (una de las más bajas de Europa) revela el retraso de la
transición demográfica en nuestro país. Sólo las regiones más desarrolladas
(Asturias, País Vasco y Cataluña, gracias al desarrollo industrial; Navarra,
Rioja y Levante, debido al desarrollo de la agricultura comercial; y
Madrid, por ser la capital) mostraron un crecimiento poblacional por
encimad e la media nacional.
La existencia de estas regiones más desarrolladas y el desarrollo del
ferrocarril favorecieron la emigración a estas zonas de los campesinos sin
tierra (éxodo rural), lo que produjo el crecimiento de las ciudades (ubicadas
sobre todo en el litoral), mientras que la mayoría de la población seguía
viviendo del campo en el interior.
A finales del siglo XIX, muchos andaluces emigraron a América debido a la
mala situación del campo, agravado por una serie de sequías y plagas y a la
crisis de las industrias andaluzas.
La
sociedad española del siglo XIX
Desde hacía siglos, la sociedad española apenas había experimentado
cambios. Sin embargo, en el siglo XIX las medidas puestas en marcha por los
liberales a partir de 1833 liquidaron la sociedad del Antiguo Régimen, sentando
las bases de la nueva sociedad de clases. La estructura de esta
sociedad era la siguiente:
- La clase dirigente estará compuesta ahora por la aristocracia, que aunque había perdido sus derechos señoriales seguía teniendo gran influencia y la burguesía. Ambas estrecharán sus lazos a través de los matrimonios y los negocios.
- La clase media se compone de funcionarios, pequeños empresarios, profesionales liberales, comerciantes, etc. Este grupo, poco numeroso, fue creciendo y solía habitar en las ciudades.
- Las clases populares, de bajo nivel económico y un elevado índice de analfabetismo. Incluye campesinos y jornaleros, que vivían en el campo en pésimas condiciones. Los obreros, concentrados en las regiones industriales, donde se hacinaban en barrios carentes de infraestructuras básicas; para defender sus derechos y mejorar sus condiciones de vida se fueron organizando en sindicatos (CNT, UGT). A estos grupos se unían los criados de las clases acomodadas y un ingente número de mendigos y marginados.
- La Iglesia católica siguió representando una fuerza de gran influencia en la vida pública española.
EL NEOCLASICISMO Y EL ROMANTICISMO
El Neoclasicismo
Desde mediados del siglo XVIII la burguesía
difunde sus ideales de sencillez frente al anterior estilo Rococó.
Triunfa así el arte neoclásico, inspirado en la sobriedad y severidad del clasicismo.
Se trata de un arte de inspiración clásica. En arquitectura se usó mucho la
columna dórica para iglesias y toda clase de edificios públicos (museos, bibliotecas,
etc.). En escultura, predominan las formas helénicas; destaca el escultor Canova,
que realizó diversos retratos de Napoleón y su familia (Paulina Bonaparte).
La pintura se centra en las líneas y menos en el color; destacó J. L.
David, pintor de la corte napoleónica (Muerte de Marat, La
Coronación de Napoleón). En España, destaca Francisco de Goya.
El Romanticismo
El Romanticismo se
caracteriza por una serie de rasgos que son:
- La libertad creativa frente a los cánones del Neoclasicismo.
- La importancia de los sentimientos (amores, pasiones, sufrimientos). Se exalta, además, el sentimiento patriótico, la libertad y la igualdad.
- La imaginación y la fantasía. Los artistas románticos parecen querer huir de la realidad, creando mundos idealizados, como el de una Edad Media interpretada novelescamente o los países de Oriente, vistos de manera poética.
En arquitectura se imita el estilo gótico (Parlamento de Londres)
y el oriental (Pabellón Real de Brighton). En pintura, junto al paisaje
melancólico o fantástico, se difunden los retratos y las escenas de batallas y
episodios trágicos. Destacan Eugène Delacroix (La libertad
guiando al pueblo) y Jean Louis Gericault (La balsa de
la Medusa).
Así mismo, el Romanticismo se difundió a otras artes, como la literatura
con Lord Byron y Víctor Hugo; o la música con
autores destacados como Beethoven, Chopin, Brahms y Schubert
Características generales de la Pintura Romántica:
- Utiliza diferentes técnicas: el óleo,
acuarelas, grabados y litografías.
- La textura comienza a ser valorada en sí
misma y aparecen las superficies rugosas junto con las formas más sutiles.
La pincelada es libre, viva y llena de expresividad.
- Desaparece la línea frente al color.
Se recupera la potencia sugestiva del color, liberándose las formas y los
límites excesivamente definidos. Es el agente emocional de primer orden
- La luz es importantísima y se cuidan sus
gradaciones dando un carácter efectista y teatral.
- Las composiciones tienden a ser dinámicas,
marcadas por las líneas curvas y los gestos dramáticos. Algunos autores como
Friedrich prefieren esquemas geométricos más reposados.
- En cuanto a los temas lo característico
es la variedad, aunque existen características generales sobre
el tratamiento de los temas. Surge el exotismo de la
memoria de un misterioso y glorioso pasado que incluye
desde la antigua Grecia hasta la edad Media, en especial la época gótica. El
gótico es el estilo por excelencia. En la pintura se recogen arquitecturas
góticas, leyendas, momentos históricos, etc.
El exotismo también en una amplitud
geográfica que incluye el mundo desconocido del norte de
África y la nueva América salvaje. Se descubre Oriente, que
ofrece la luz y el color, así como nuevos temas. Por último, la
fantasía, y sobre todo el drama con un obsesivo sabor por la muerte, la
noche y las ruinas, así como por los monstruos y las criaturas anormales.
Otro gran descubrimiento del Romanticismo es la
Naturaleza y el cultivo del género del paisaje, que será
exhaustivo. Se pintan paisajes fantásticos, imaginativos, de estudio, evocados,
etc. El pintor se enfrenta a la realidad del paisaje, salen. Por ejemplo, los
paisajistas alemanes, con Friedrich a la cabeza, proponen el paisaje
espiritual, que ayuda a la evocación religiosa por medio de su grandeza.
Valoran los estados atmosféricos, como la niebla.
También reivindican la individualidad, el culto al
individualismo. El artista prefiere su libertad a la de la colectividad.
Por eso son pocos los artistas comprometidos. Por ejemplo Delacroix con la “Libertad
guiando al pueblo” donde aparecen pintadas por primera vez las barricadas
como testimonio de reivindicación política. Aunque, en general, las
reivindicaciones son más exóticas, temas de bandoleros como héroes románticos,
etc.
Dentro de la individualidad surge una nueva relación
entre cliente y artista. Es un trato de igual a igual. Cambian un bien por
un bien. El artista ya no es el artesano. Se crean grupos de artistas que
trabajan en común sin romper la individualidad, como el grupo Prerrafaelista
inglés o los nazarenos alemanes.
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