Para quienes me preguntan ¿para qué aprender?

"En la ignorancia del pueblo está el dominio de los príncipes; el estudio que los advierte, los amotina. Vasallos doctos, más conspiran que obedecen, más examinan al señor que le respetan; en entendiéndole, osan despreciarle; en sabiendo qué es libertad, la desean; saben juzgar si merece reinar el que reina: y aquí empiezan a reinar sobre su príncipe. [...] Pueblo idiota es la seguridad del tirano". F. Quevedo

viernes, 21 de diciembre de 2018

Oposición Geografía e Historia. Historia de España: Pueblos Prerromanos y colonizaciones.




PUEBLOS PRERROMANOS. LAS COLONIZACIONES.

En el primer milenio antes de Cristo llegan a la Península varias oleadas de pueblos indoeuropeos, expertos en la metalurgia del hierro (metal que revolucionó el armamento, lo que explica su poderío militar que les permitió llegar hasta la India). Se establecen en las llanuras interiores. Su elemento cultural definitorio era el enterramiento en campos de urnas.

Más conocida es la llegada de pueblos procedentes del Mediterráneo Oriental (fenicios, griegos y cartagineses), atraídos por la riqueza minera del sur hispano. Estos pueblos eran activos comerciantes.

- Los fenicios: Establecieron factorías en la zona del Estrecho y del Mediterráneo Sur, donde fundaron Gadir, Malaca, Sexi y Abdera. A cambio de nuestros minerales, dejaron un legado cultural importante: el torno de alfarero, nuevas técnicas para la elaboración de tejidos y, sobre todo, la escritura alfabética. Debido a su enfrentamiento con los griegos y a los problemas en la metrópolis, fueron sustituidos por los cartagineses, pueblo procedente de la gran colonia fenicia de Cartago en Túnez.

- Los griegos: Llegaron desde su colonia de Massalia y se establecieron en la mitad norte de la costa mediterránea: Rhode, Emporion, Hemeroskopeion. Ejercieron una gran influencia sobre las poblaciones indígenas que transformó su economía y cultura. Así, conocieron el uso de la moneda, nuevos cultivos (olivo y vid), el arado y técnicas más modernas para la fabricación de cerámica y tejidos.

- Tartessos: Pocos restos pero muchas fuentes literarias (leyendas, textos griegos e incluso menciones en la Biblia) nos hablan de esta civilización desarrollada en el Suroeste español (Huelva, Sevilla). Practicaron una agricultura muy evolucionada que determinó diferencias sociales basadas en la desigualdad de la riqueza. Igualmente importante fue su comercio, que practicaron con los colonizadores e incluso con las Islas Británicas. A partir del siglo V a.C. se le pierde la pista a Tartessos. Quizá se fraccione en diversos pueblos que reciben el genérico nombre de ibéricos.

- Los iberos: Son los primeros pueblos históricos que a partir del siglo V a.C. habitan la costa mediterránea y el Valle del Ebro. Su denominación procede del río Iberus. En el sustrato de su cultura se mezcla la influencia de los pueblos colonizadores con las tradiciones tartésicas. Todas las tribus ibéricas, aunque independientes entre sí, poseen rasgos comunes: la lengua (todavía sin descifrar por completo), tradiciones espirituales y materiales, y manifestaciones artísticas. Se asentaban en lugares elevados, donde una muralla encerraba viviendas de adobe o piedra y cubiertas de ramaje. Su economía se basaba en la agricultura (trilogía mediterránea), la ganadería y el comercio, favorecido por la creación de una moneda propia. Eran excelentes metalúrgicos del hierro (falcata) y su estructura social estaba muy jerarquizada: régulos, guerreros, trabajadores y siervos. El poder de los monarcas dependía de las zonas, siendo mayor en el Sur que en el Levante. Escultura y pintura sobre cerámica

son las principales manifestaciones artísticas: la Gran Dama del Cerro de los Santos (Albacete), Dama de Baza, Dama de Elche (de clara influencia helenística), Bicha de Balazote (Albacete).

- Los pueblos célticos: Herederos de los primeros indoeuropeos llegados a la Península, los asentados en el Noreste recibieron el influjo de los pueblos colonizadores. El resto, distribuidos por el Norte y Centro, conservaron sus características indoeuropeas, por lo que su cultura estaba más atrasada. Construían sus poblados en zonas altas, de fácil defensa y con doble muralla. Su economía se basaba en la ganadería, excepto los meseteños (agricultura cerealista) y eran buenos metalúrgicos del hierro. Su organización social se basaba aún en lazos de sangre. Varias tribus se agrupaban en clanes y eran gobernadas por una aristocracia guerrera. El pueblo celta más conocido era el galaico, asentado en el Noroeste peninsular, que habitaba en castros (viviendas circulares con techumbre cónica dentro de una muralla doble). A la ganadería se unía como recursos económicos la pesca y el marisqueo.

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