Para quienes me preguntan ¿para qué aprender?

"En la ignorancia del pueblo está el dominio de los príncipes; el estudio que los advierte, los amotina. Vasallos doctos, más conspiran que obedecen, más examinan al señor que le respetan; en entendiéndole, osan despreciarle; en sabiendo qué es libertad, la desean; saben juzgar si merece reinar el que reina: y aquí empiezan a reinar sobre su príncipe. [...] Pueblo idiota es la seguridad del tirano". F. Quevedo

sábado, 19 de noviembre de 2016

Curiosidades sobre los Reyes Católicos.

Entrevista de F. Cohen a Manuel Fernández sobre los Reyes
Aparecida en el Diario "El País".

Pocos historiadores han conseguido como él interesar al gran público con sus biografías sobre los monarcas españoles de los siglos XV y XVI. Manuel Fernández Álvarez ofrece a MUY HISTORIA su autorizada visión sobre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.

Þ    Fernando de Aragón fue el político más hábil del Renacimiento
Þ    Colón era un gran navegante, pero un pésimo gobernante

-De quién partió la idea de unir en matrimonio a Isabel y Fernando de Aragón?
-La idea fue del padre de Fernando, Juan II de Aragón, que deseaba una alianza firme con Castilla para hacer más estable su situación en la Península, habida cuenta de los problemas que tenía con Cataluña y sus pugnas con el reino de Navarra.

-Resulta extraño que Enrique IV no luchara para imponer a su hija, Juana la Beltraneja, como futura reina de Castilla, en lugar de su hermanastra Isabel.
-Esa actitud tuvo mucho que ver con el carácter pusilánime que tenía Enrique IV. En cualquier caso, el Rey hizo algún intento para mantener a su hija Juana como futura heredera de la Corona de Castilla, ya que impuso a Isabel unas condiciones tales que hacían poco probable su llegada al trono algún día. El Rey pretendía que se casara con un príncipe portugués, de tal forma que, a su muerte, fuera su hija Juana la que heredase el trono de Castilla. Arropada por un buen equipo de asesores y por su propia inteligencia, Isabel negoció a su vez una cláusula en la que se reservaba la libertad de elección en su matrimonio. Cualquiera de los dos podía engañar al otro. Finalmente, Isabel eligió a Fernando, que aportaba el Reino de Aragón y su juventud, lo que obviamente disgustó a Enrique IV.

-¿Cuáles fueron las razones del levantamiento de parte de la nobleza contra Enrique IV en la Farsa de Ávila?
-La facción de nobles reunidos en torno a la Liga se enfrentó a Enrique IV y proclamó nuevo rey a Alfonso, el hermano pequeño de Isabel. Para una parte de Castilla, aquel muchacho de 13 años era el monarca legítimo, lo que convertía a Isabel en la heredera del trono mientras Alfonso no tuviera descendencia. Pero el infante-rey murió el 5 de junio de 1468, lo que complicó el futuro de Isabel. Sin embargo, uno de los rasgos de su carácter fue el sentido de la realidad. Supo afrontar la situación y ganar las batallas políticas que se le fueron presentando. Viendo la dificultad de aquel paso, se comprometió con Enrique IV a no hacer nada en su contra mientras él viviera. Pero a su muerte, ella ocuparía el trono.

-¿El matrimonio de Isabel y Fernando fue un enlace político o se trató de una unión sentimental en toda regla?
-En un principio, fue un negocio de Estado, un mero matrimonio político. Pero pronto derivó en una verdadera unión sentimental.

-En su libro, usted cuenta la boda de los jóvenes príncipes como si fuera un capítulo de una novela de caballerías.

-Es que fue así. Isabel era la princesa joven y rubia que estaba cautiva, el Rey la mantenía en semicautiverio. Además, iban a obligarle a contraer matrimonio con un viejo rey portugués, mucho mayor que ella. El joven Fernando de Aragón fue el caballero que realizó la proeza de disfrazarse de mozo de mulas para pasar desapercibido por una Castilla controlada por los hombres de Enrique IV. Culminó con éxito aquel peligroso viaje y logró liberar a la princesa y casarse con ella. Un final feliz muy propio de una novela de caballerías.
Fernando de Aragón fue el político más hábil del Renacimiento
-¿Podría describir cómo era Fernando de Aragón?
-Era un hombre aguerrido, muy preparado militarmente e inteligente, tal y como demostró en su reinado. Fue el primer gran capitán de los tiempos modernos, el que ganó la batalla de Toro y el que reconquistó Granada. Hernando del Pulgar (cronista de los Reyes Católicos) lo describe como de mediana estatura, algo más alto que ella. Pero, en contraste con la rubia Isabel, él era de pelo muy negro. Tenía el don de gentes y era muy mujeriego, pero también un hombre discreto, dueño de sí mismo y un verdadero rey-soldado. Sin duda, fue el político más hábil del Renacimiento y su prestigio fue tan grande que le glosó el propio Maquiavelo.

-¿Y cómo era la Reina?
-Si nos quedamos con el rostro del cuadro de Juan de Flandes, Isabel es una mujer ya mayor, apartada de las cosas mundanas, con un aire muy monjil y poco atractiva. Pero la imagen de la Reina cambia si nos atenemos al cuadro la "Virgen de la mosca" (de pintor flamenco desconocido) que se conserva en la Colegiata de Toro, en el que se ve a una joven rubia muy hermosa. Esa es la mujer que enamora a Fernando. Desde el punto de vista cultural, Isabel llegó a entender que no podía pasar a la historia como una gran reina sin impulsar la arquitectura y las letras. De hecho, logró reunir una gran colección de pintura. Como representante del Estado, fue una mujer dura. Pero luego hay una etapa final en su vida en la que la mujer de Estado dio paso a la mujer santa.

-Hay quien la critica por su fundamentalismo religioso.
-Nunca me lo he planteado en esos términos tan rigurosos. Pero sí es cierto que hay que pensar que el carácter de Isabel iba en esa línea cuando decidió apoyar la Inquisición y ordenó la expulsión de los judíos.

-¿Cuál de los dos monarcas decidió dicha expulsión?
-Es difícil deslindar la voluntad de Fernando y de Isabel. Hay un gran debate al respecto. En todo caso, yo diría que Isabel veía en la Inquisición un instrumento para vigilar la fe y el buen orden cristiano. En aquella época, los judíos no perdonaban a los conversos su traición y su afán de engrandecerse. Los intentos de los judíos por atraer a estos conversos y el peligro de que algunos se judaizaran (hubo cristianos conversos que se reconvertían al judaísmo) pudieron motivar aquella respuesta tan dura de los Reyes Católicos.

-¿El Tribunal de la Inquisición fue un instrumento político en manos de los Reyes Católicos?
-Fernando percibió lo que suponía para el poder regio el contar con un Tribunal tan poderoso, capaz de extender su jurisdicción sobre toda España. Pero aquel instrumento hizo que los Reyes fueran demasiado servidores de una intolerancia religiosa. No hay ninguna duda de que miles de personas fueron quemadas vivas tras ser condenadas por la Inquisición. Fue una crueldad tremenda.

-Usted cuenta en su libro lo que le ocurrió a la pobre Pampana...
-El fiscal acusó a aquella mujer de haber comido carne toda la Cuaresma, especialmente un guiso de gallina. La tal Pampana, que en realidad se llamaba María González y estaba casada con Juan Pampán, fue acusada de judaizar y con tales pruebas fue condenada a ser quemada viva, con otras 33 personas que fueron igualmente enviadas a la hoguera por los inquisidores de Ciudad Real, en 1484.
-Parece ser que el propio Vaticano afeó la conducta a los Reyes Católicos.
-El Pontificado de Roma quedó espantado de las cosas que estaban haciendo los reyes de Castilla y Aragón, y no quiso ser solidario de algo tan anticristiano. Se produjo un fuerte forcejeo entre Roma y Fernando el Católico, que no estaba dispuesto a dejarse arrebatar el privilegio que tenía con la Inquisición. El Papa terminó arrugándose, ya que temía perder el apoyo de dos monarcas tan poderosos y tan necesarios en aquella cristiandad amenazada por los turcos.

-Pero, frente a ese aspecto oscuro, el reinado de Isabel y Fernando tuvo también un lado de gran brillantez. En su opinión, ¿cuáles fueron los grandes logros de los Reyes Católicos?
-Aquella España se presentó con tal poder, que toda Europa intuyó que una nueva época iba a dar comienzo. En pocos años, los dos monarcas apaciguaron sus territorios, lograron reconquistar el reino nazarí y colaboraron con su ayuda al descubrimiento de una nueva ruta atlántica hacia las Indias Orientales. La toma de Granada hizo desaparecer la frontera sur con el mundo musulmán, lo que dio mayor seguridad a Castilla y a la propia cristiandad europea. Aquella hazaña, que llenó de prestigio a los reyes Fernando e Isabel, fue un milagro político. Sus logros dejaron boquiabiertos a los europeos

-¿Quién fue el impulsor de la toma de Granada?
-Así como Fernando fue el gran soldado y el estratega que logró el éxito militar, Isabel fue el alma de aquella empresa. En 1483 murió en Francia Luis XI, que poco antes, sintiéndose en sus últimos momentos, expresó sus dudas en cuanto a la licitud de su apropiamiento de los condados de Rosellón y Cerdeña. Viendo Fernando que tenía la oportunidad de consolidar el reino de Aragón con la anexión de dichos condados, decidió que ya había hecho mucho trabajo para Castilla. En aquel momento dejó la campaña en Andalucía. Sin embargo, Isabel le dijo que ella iba a permanecer en su puesto para llevar a cabo la tarea que tenía encomendada, que no era otra que la toma de Granada. Fue un momento de gran tensión y desavenencia entre ambos, que degeneró en una crisis matrimonial. Pero la postura firme de Isabel hizo que su marido cediera y retomara la campaña contra los musulmanes.

-¿La guerra para reconquistar Granada contó con el apoyo popular necesario?
-Aquella guerra se libró contra el infiel y por lo tanto en los territorios cristianos fue una guerra popular. Los pueblos salían con fervor al paso de las tropas de Fernando. El esfuerzo por reconquistar Granada tuvo tal apoyo social, que su recuerdo ha perdurado en el arte. En la estela funeraria de la figura del Doncel de Sigüenza, que se llamaba Martín Vázquez de Arce, se dice con orgullo que había estado en la campaña militar de la Vega de Granada, donde murió en 1486. De Francia e Inglaterra llegaron cruzados para colaborar en la lucha contra los musulmanes. Toda la cristiandad entendió que en Andalucía se estaba librando una guerra muy importante contra el islam. Aunque fue una obra de Castilla y Aragón, tuvo mucho de europea, ya que la toma de Granada venía a ser un desquite de Europa por lo sufrido en la caída de Constantinopla.

-¿Aquella guerra tuvo algo de cruzada caballeresca?
-Fue una guerra llena de lances caballerescos, aunque no hay que olvidar que en ella se aplicaron nuevas técnicas bélicas. Fue una guerra moderna en la que, si bien quedaban aspectos de cruzada medieval y caballeresca, se atacó de forma global tanto a las formaciones militares como a toda la población civil.

-¿Qué técnicas militares introdujo Fernando el Católico?
-En la batalla de Ronda, Fernando utilizó la artillería de una forma muy activa. Primero asediaba la plaza, luego lanzaba pellas incendiarias y, finalmente, la bombardeaba con artillería. Aquellos ataques provocaban tal pavor que la propia población asediada pedía a sus tropas que negociaran con el atacante o rindiesen la ciudad. Los bajorrelieves de la sillería de la catedral de Toledo, de Rodrigo Alemán, constituyen un testimonio gráfico impresionante de cómo eran aquellos asedios. Cada una de las sillas está dedicada a un momento de la guerra de Granada, formando una crónica de las campañas militares para la reconquista del reino nazarí.

-¿Cuál fue el impacto político de la derrota musulmana?

-En los años siguientes a la toma de Granada, España demostró a las claras que se había convertido en la primera potencia de la cristiandad. Aquel éxito de los Reyes Católicos tuvo su continuidad con el apoyo que brindaron a Colón para conseguir alcanzar las Indias Occidentales o, más bien, América.
Colón era un gran navegante, pero un pésimo gobernante

-Parece increíble que los Reyes Católicos apadrinaran la empresa de un marino de cuyo sano juicio muchos dudaban. ¿Qué sucedió para que el proyecto de Colón fuera aprobado?
-El descubrimiento de América llegó como un regalo. Así como la toma de Granada fue una apuesta consciente para la recuperación de un territorio, la aventura de Colón fue una casualidad. Muchos dudaban de la viabilidad de aquella empresa. Una carta de Fernando el Católico (1512) que encontré en los fondos documentales de la Colección Muñoz de la Real Academia de la Historia resulta muy reveladora de su escepticismo. En ella, el Rey comentaba indignado las peticiones que imponía Juan Ponce de León para ir a descubrir nuevos territorios en las Indias Occidentales, unas exigencias que eran muy similares a las que había planteado Colón años antes. En su carta, Fernando señalaba que Colón se enfrentó a la dificultad de hallar unas tierras sin que hubiera esperanza alguna de tener éxito. Por el contrario, Ponce de León ya tenía el camino allanado. Por lo tanto, no podía exigir lo mismo. En cualquier caso, lo que desvela la carta es el escepticismo que sintió Fernando ante la empresa que le propuso Colón. Estaba seguro de que todo iba a ser un fracaso.

-¿Y por qué finalmente dio el visto bueno a Colón?
-Precisamente porque pensaba que no iba a descubrir nada. Las peticiones desorbitadas de Colón, al que consideraba un advenedizo, no irían a ningún sitio. Hay que recordar que el navegante exigió los cargos de Virrey y Gobernador General de todas las tierras descubiertas y el título de Almirante del Mar Océano, lo que le equiparaba con la alta nobleza castellana y con un Enríquez, tío de Fernando el Católico, que fue Almirante de Castilla. Al principio, el Rey se encolerizó mucho con las pretensiones de ese personaje. Pero luego comprendió que aquello no tenía tanta importancia. Fernando estaba seguro de que aquel aventurero no iba a volver y si volvía sería con el rabo entre las piernas. Además, la empresa tampoco era muy costosa y con su apoyo complacía a la Reina.

-¿Qué razones tuvo Isabel para impulsar aquella aventura?
-Aunque la empresa que proponía Colón parecía una quimera, hubo dos aspectos que fueron determinantes en el apoyo de Isabel. Por incierta que fuese la aventura, una reina con una entidad como la suya no podía dejar en manos de otro monarca la posibilidad de ser protagonista de un gran descubrimiento. A eso se añadió que se podían encontrar nuevos territorios donde propagar la fe, algo muy importante en aquel momento para Isabel, que ya se encontraba en su etapa de mayor fervor religioso.

-¿Los Reyes Católicos fueron conscientes de la importancia del Descubrimiento?
-Al principio se produjo un cierto desencanto. Colón era un gran navegante, pero un pésimo gobernante. Sus desaciertos en el gobierno de La Española (actual República Dominicana y Haití) fueron enormes. Pese a todo, los Reyes comprendieron muy pronto que el Descubrimiento significaba una enorme posibilidad de expansión de territorios. Los Reyes Católicos sabían que lo descubierto era tan sólo una fracción de un mundo inmenso. En su testamento, Isabel dispuso que las Indias quedaran incorporadas a la Corona de Castilla, pero en agradecimiento al apoyo que tuvo de su marido dejó escrito que el Rey recibiese la mitad de lo que rentasen las islas y tierra firme del mar Océano.

-¿Contribuyeron los monarcas a la formación de la unidad política de España?
-Ellos pensaban en España, pero sin romper su diversidad. Su proyecto no era hacer unas Cortes de España, sino mantener por separado las de Castilla y Aragón. En aquel entonces había una frontera, una lengua y una justicia distintas. Fernando e Isabel empezaron a configurar una monarquía hispánica, una nueva estructura política plenamente europea, tal y como se entendía entonces Europa, que era el espacio de la cristiandad. Pero hubo que esperar dos siglos para hablar de una unidad política. Fue Felipe V de Borbón el que introdujo en España el esquema de una Francia centralizada. En realidad, en la época de los Reyes Católicos la única medida de unificación fue la religiosa.

Fernando Cohen


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