Un químico escocés descubrió en 1823 la fórmula que protegía la ropa de los líquidos
Escocia es un país conocido por su
clima. Sus colinas verdes contrastan con el gris que cubre, durante la mayoría
de los días, el cielo. Allí, la lluvia es habitual a lo largo de todo el año. Una
condición que con el paso del tiempo se ha hecho más llevadera grandes a los
avances químicos que permitieron descubrir la fórmula de la ropa
impermeable.
Hasta 1824, las prendas impermeables no
existían tal y como se conocen ahora. El metódo de fabricación de la mayoría de
ellas consistía en, simplemente, bañarlas en aceite. Esto las
hacía mucho más pesadas e incómodas. Tampoco su olor hacía que
fueran atractivas. Fue Charles Macintosh, un químico escocés nacido en
Glasgow, quien descubrió la fórmula para crear una tela impermeable.
Charles
Macintosh dedicó parte de su vida al estudio de
la química, aunque sus primeros pasos en el mundo profesional fueron en una
oficina de atención al público. Pero al cumplir los 20 años, y frustrado por el
rumbo que había tomado su vida, comenzó por su cuenta a manufacturar productos químicos.
Muchos de ellos inventados por él mismo.
Un día entre experimientos, Charles
Macintosh descubrió
que la nafta -un producto químico que durante la Segunda Guerra Mundial se
utilizó para realizar experimientos con prisioneros- se podía disolver con el
caucho y la mezcla resultante era capaz de repeler el agua.
La patente que Macintosh registró en 1823 se
fundamentaba en dos capas delgadas de estos materiales sobre la tela que
aislaban la prenda. Así, al primer impermeable lo llamó Mackintosh, que
formaba parte de su primera compañía textil, la Charles Macintosh and Co. of
Glasgow. Sin embargo, el éxito del químico se enturbió cuando más tarde fue
acusado de plagiar la idea de un cirujano escocés. Eso sí, el Mackintosh ha
sido utilizado hasta por el Ejército británico.
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