Resumen:
Al-Ándalus
La
invasión musulmana de la Península Ibérica fue un proceso breve que se
desarrolló entre los años 711 y 715. Hispania pasó a llamarse al-Ándalus y fue
gobernada por un valí dependiente del califato de Damasco. La capital se sitúo
en Córdoba. En el año 756, Abd al-Rahman I, del clan omeya, se trasladó a
al-Ándalus y se proclamó emir (príncipe) independiente del califato de Bagdad.
En el año 929 el emir Abd al-Rahman III dio un paso más y se proclamó califa,
obligando a los reinos cristianos del norte a pagarle tributos y ser sus
vasallos. Desde el año 976 los amiríes gobernaron el califato cordobés, cuyo
final se produce en el año 1031. Se inició entonces la etapa de los reinos de
taifas, que se desarrollaron en tres fases intermitentes: primeras taifas en el
siglo XI,
segundas taifas en los siglos XI-XII
y
terceras taifas en los siglos XII-XIII.
La última taifa, hasta 1492, fue el reino nazarí de Granada. Las taifas se
vieron obligadas a recurrir a las alianzas con pueblos norteafricanos como los
almorávides y los almohades. Después de las primeras taifas, los almorávides
llevaron a cabo la reunificación de al-Ándalus y, tras ellos, surgieron las
segundas taifas. Los almohades llegaron a la Península en el siglo XII
y
establecieron su capital en Sevilla. Fueron derrotados por los cristianos en el
año 1212 en las Navas de Tolosa (Jaén) y tras ellos surgieron las terceras
taifas.
La
economía de al-Ándalus se basaba fundamentalmente en la agricultura:
introdujeron nuevos cultivos, aumentando su productividad. También creció la
población en los valles del Guadalquivir y el Ebro, y en Granada, Murcia y
Valencia. Con respecto a la ganadería fue muy relevante la cría de ovino. La
minería se revitalizó y la artesanía alcanzó gran calidad. Un rasgo
característico de la sociedad andalusí fue su alto grado de urbanización. Sus
ciudades eran mayores que las de la Europa cristiana y se comunicaban entre sí
a través de las antiguas vías romanas. Además, a través del Mediterráneo, se
integraban perfectamente en la amplia red comercial internacional del mundo
islámico. Los núcleos urbanos desempeñaban una triple función: la coordinación
administrativa, política y judicial; el intercambio de productos y de
información, y la atracción de las rentas y excedentes agrarios.
En al-Ándalus existió una gran
variedad cultural y religiosa que estaba integrada por musulmanes, grupo
religioso dominante; mozárabes, es decir, cristianos que permanecieron bajo dominio
musulmán; y judíos, más integrados que los cristianos en la vida y en las
actividades comerciales andalusíes. Mozárabes y judíos pagaban impuestos, no
así los musulmanes, pero no podían acceder a cargos políticos, ni promover su
religión o poseer esclavos. La vida intelectual y artística en al-Ándalus
alcanzó cotas muy altas con respecto a la Europa medieval y al resto del mundo
islámico, en particular en el período de las taifas (siglos XI-XIII). Las manifestaciones
artísticas más desarrolladas fueron las artes decorativas y, sobre todo, la
arquitectura, donde destacan la mezquita aljama de Córdoba, construida en época
omeya; la ciudad-palacio de Madinat al-Zahra (Medina Azahara); y el
palacio-alcazaba de Granada, la Alhambra, monumento emblemático del arte
andalusí.
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