Para quienes me preguntan ¿para qué aprender?

"En la ignorancia del pueblo está el dominio de los príncipes; el estudio que los advierte, los amotina. Vasallos doctos, más conspiran que obedecen, más examinan al señor que le respetan; en entendiéndole, osan despreciarle; en sabiendo qué es libertad, la desean; saben juzgar si merece reinar el que reina: y aquí empiezan a reinar sobre su príncipe. [...] Pueblo idiota es la seguridad del tirano". F. Quevedo

jueves, 23 de marzo de 2017

Resumen: Al-Ándalus



Resumen: Al-Ándalus
La invasión musulmana de la Península Ibérica fue un proceso breve que se desarrolló entre los años 711 y 715. Hispania pasó a llamarse al-Ándalus y fue gobernada por un valí dependiente del califato de Damasco. La capital se sitúo en Córdoba. En el año 756, Abd al-Rahman I, del clan omeya, se trasladó a al-Ándalus y se proclamó emir (príncipe) independiente del califato de Bagdad. En el año 929 el emir Abd al-Rahman III dio un paso más y se proclamó califa, obligando a los reinos cristianos del norte a pagarle tributos y ser sus vasallos. Desde el año 976 los amiríes gobernaron el califato cordobés, cuyo final se produce en el año 1031. Se inició entonces la etapa de los reinos de taifas, que se desarrollaron en tres fases intermitentes: primeras taifas en el siglo XI, segundas taifas en los siglos XI-XII y terceras taifas en los siglos XII-XIII. La última taifa, hasta 1492, fue el reino nazarí de Granada. Las taifas se vieron obligadas a recurrir a las alianzas con pueblos norteafricanos como los almorávides y los almohades. Después de las primeras taifas, los almorávides llevaron a cabo la reunificación de al-Ándalus y, tras ellos, surgieron las segundas taifas. Los almohades llegaron a la Península en el siglo XII y establecieron su capital en Sevilla. Fueron derrotados por los cristianos en el año 1212 en las Navas de Tolosa (Jaén) y tras ellos surgieron las terceras taifas.
La economía de al-Ándalus se basaba fundamentalmente en la agricultura: introdujeron nuevos cultivos, aumentando su productividad. También creció la población en los valles del Guadalquivir y el Ebro, y en Granada, Murcia y Valencia. Con respecto a la ganadería fue muy relevante la cría de ovino. La minería se revitalizó y la artesanía alcanzó gran calidad. Un rasgo característico de la sociedad andalusí fue su alto grado de urbanización. Sus ciudades eran mayores que las de la Europa cristiana y se comunicaban entre sí a través de las antiguas vías romanas. Además, a través del Mediterráneo, se integraban perfectamente en la amplia red comercial internacional del mundo islámico. Los núcleos urbanos desempeñaban una triple función: la coordinación administrativa, política y judicial; el intercambio de productos y de información, y la atracción de las rentas y excedentes agrarios.
En al-Ándalus existió una gran variedad cultural y religiosa que estaba integrada por musulmanes, grupo religioso dominante; mozárabes, es decir, cristianos que permanecieron bajo dominio musulmán; y judíos, más integrados que los cristianos en la vida y en las actividades comerciales andalusíes. Mozárabes y judíos pagaban impuestos, no así los musulmanes, pero no podían acceder a cargos políticos, ni promover su religión o poseer esclavos. La vida intelectual y artística en al-Ándalus alcanzó cotas muy altas con respecto a la Europa medieval y al resto del mundo islámico, en particular en el período de las taifas (siglos XI-XIII). Las manifestaciones artísticas más desarrolladas fueron las artes decorativas y, sobre todo, la arquitectura, donde destacan la mezquita aljama de Córdoba, construida en época omeya; la ciudad-palacio de Madinat al-Zahra (Medina Azahara); y el palacio-alcazaba de Granada, la Alhambra, monumento emblemático del arte andalusí.

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