Una caldera volcánica es un profundo hundimiento de la superficie terrestre originado por diversos factores geográficos vinculados a las erupciones de los volcanes.
Posee una estructura más o menos circular, con un fondo relativamente extenso y paredes verticales muy parecidas a los cráteres, pero de grandes dimensiones.
La depresión a la que da lugar la caldera no debe
confundirse con cráter.
Los siguientes son algunos de los
procesos que preceden a la formación de las calderas volcánicas:
1) Desmoronamiento de una cámara magmática, es decir,
un gran depósito de roca fundida o magma. Dicho proceso se efectúa cuando un
edificio volcánico alcanza una altura demasiado importante como para volverse
inestable y, finalmente, desplomarse hacia la superficie terrestre.
2)
Explosión freática, que se da cuando el magma muy fluido y caliente, de tipo
basáltico o básico, asciende y choca en su trayecto contra un reservorio de
agua, la cual queda sometida a una presión enorme, por lo que se transforma en
vapor y, en consecuencia, se origina una explosión gigante.
Éste es el caso de, por ejemplo, la Caldera de Bandama, en la isla Gran
Canaria, España.
3) Derrame
de lava concentrada en el cráter de un volcán, que aflora hacia el exterior.
Éste es el
caso de, por ejemplo, la Caldera de Taburiente, en La Palma, isla del
archipiélago de Canarias, España.
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