Para quienes me preguntan ¿para qué aprender?

"En la ignorancia del pueblo está el dominio de los príncipes; el estudio que los advierte, los amotina. Vasallos doctos, más conspiran que obedecen, más examinan al señor que le respetan; en entendiéndole, osan despreciarle; en sabiendo qué es libertad, la desean; saben juzgar si merece reinar el que reina: y aquí empiezan a reinar sobre su príncipe. [...] Pueblo idiota es la seguridad del tirano". F. Quevedo

viernes, 10 de junio de 2016

Prácticas Tema 38 y 43. Textos para comentar sobre la Revolución industrial y el movimiento obrero.



TEXTOS PARA COMENTAR

RECHAZO DE LOS OBREROS A LAS MÁQUINAS
“La invención y el uso de la máquina de cardar lana, que tiene como consecuencia reducir la mano de obra de la forma más inquietante produce (en los artesanos) el temor serio y justificado de convertirse, ellos y sus familias, en una pesada carga para el Estado. Constatan que una sola máquina, manejada por un adulto y mantenida por cinco o seis niños realiza tanto trabajo como treinta hombres trabajando a mano según el método antiguo (...). La introducción de dicha máquina tendrá como efecto casi inmediato privar de sus medios de vida a gran parte de los artesanos. Todos los negocios serán acaparados por unos pocos empresarios poderosos y ricos (...). Las máquinas cuyo uso  los peticionarios lamentan se multiplican rápidamente por todo el reino y hacen sentir ya con crueldad sus efectos: muchos de nosotros estamos ya sin trabajo y sin pan.”    Extraído del Diario de la Cámara de los Comunes, 1794

EL TRABAJO INFANTIL
"Trabajo en el pozo de Gawber. No es muy cansado, pero trabajo sin luz y paso miedo. Voy a las cuatro y a veces a las tres y media de la mañana, y salgo a las cinco y media de la tarde. No me duermo nunca. A veces canto cuando hay luz, pero no en la oscuridad, entonces no me atrevo a cantar. No me gusta estar en el pozo. Estoy medio dormida a veces cuando voy por la mañana. Voy a escuela los domingos y aprendo a leer. (...) Me enseñan a rezar (...) He oído hablar de Jesucristo muchas veces. No sé por qué vino a la tierra y no sé por qué murió, pero sé que descansaba su cabeza sobre piedras. Prefiero, de lejos, ir a la escuela que estar en la mina."
Declaraciones de la niña Sarah Gooder, de ocho años de edad. Testimonio recogido por la Comisión Ashley para el estudio de la situación en las minas, 1842
 
LAS CONDICIONES SANITARIAS EN LAS FÁBRICAS
"Tuve frecuentes oportunidades de ver gente saliendo de las fábricas y ocasionalmente atenderles como pacientes. El pasado verano visité tres fábricas algodoneras con el Dr. Clough de Preston y con el Sr. Baker de Manchester y no fuimos capaces de permanecer diez minutos en la fábrica sin empezar a jadear por falta de aire. ¿Cómo es posible que quienes están condenados a permanecer ahí doce o catorce horas lo soporten? Si tenemos en cuenta la temperatura del aire y su contaminación no puedo llegar a concebir como los trabajadores pueden soportar el confinamiento durante tan largo periodo de tiempo."
  Declaraciones efectuados por el Dr. Ward de Manchester en una investigación sobre la salud en las fábricas textiles en marzo de 1.819
 
  UNA DEFENSA DE LAS MÁQUINAS
"En las manufacturas de la lana, la máquina cardadora, la máquina hiladora y la lanzadera volante han reducido el trabajo manual en un tercio, y cada una de ellas en su primera introducción provocó la alarma de los trabajadores, a pesar de que todas han contribuido a mejorar los salarios y a incrementar el comercio, hasta el punto de que si se intentase hoy privarnos de su uso, no hay duda que toda persona relacionada con este negocio debería defenderlas.
Partiendo de estas premisas los empresarios abajo firmantes, pensamos que es un deber hacia nosotros mismos, a la ciudad de Leeds y en general al país entero, declarar que protegeremos y apoyaremos el libre uso de cualquier mejora propuesta para el sector textil por todos los medios legales a nuestro alcance (...)"
 Petición elevada por los empresarios textiles de Leeds en defensa de las máquinas. J. F. C. Harrison, Society and Politics in England, 1780-1960 (New York: Harper & Row, 1965), pp. 72-74.  

  ACCIDENTE FERROVIARIO EN 1830
"El Sr. Huskinsson se había bajado de la carroza y estaba de pie al otro lado de la carretera junto a la cual se veía surgir rápidamente la locomotora “The Rocket”. En ese momento el Duque de Wellington, cuya amistad con el Sr. Huskinsson se había enfriado un poco, hizo una señal de reconocimiento y le tendió la mano. Se dieron un rápido pero amistoso saludo, y antes de que hubiesen soltado sus manos se oyó un grito entre los transeúntes: “¡Apártese, apártese!”. Agitado y confuso el Sr. Huskinsson intentó rodear la puerta abierta de su carruaje (...), pero al hacerlo fue golpeado por “The Rocket” cayendo con una pierna doblada sobre el raíl. La pierna resultó destrozada en el acto. Sus primeras palabras al ser levantado fueron “voy a morir”, que desgraciadamente resultaron ciertas, puesto que falleció esa misma tarde en la casa parroquial de Eccles. En aquellos días se comentó como algo digno de mención que la locomotora "Northumbrian", conducida en persona por George Stephenson, transportó el cuerpo herido del desventurado caballero a una distancia de unos 25 kilómetros en 25 minutos, esto es a la velocidad de 60 kilómetros por hora."
Samuel Smiles: George and Robert Stephenson.

 LOS CERCAMIENTOS DE TIERRAS Y SUS CONSECUENCIAS
"La agricultura tradicional implicaba que los campesinos cultivaban varias “tiras” en diferentes campos. Cultivos de trigo y cebada eran sembrados en rotación anual con la tierra dejada en barbecho cada tres años para su recuperación. Los campesinos compartían tras la cosecha las tierras en común y tenían derecho a extraer turba, madera, forraje y a dejar pastar a sus animales. El sistema era ineficiente. La tierra en barbecho y la siembra a voleo suponían un despilfarro. La ausencia de cercas suponía la extensión del número de enfermedades. Las epidemias y la falta de forraje en invierno se traducían en una ganadería pobre. Las innovaciones se retrasaban porque cualquier cambio necesitaba de aprobación unánime.
Varios factores contribuyeron a la revolución agraria: las guerras contra los franceses (1793-1815) aceleraron la revolución al incrementar la demanda de alimentos, hizo subir los costes, los arriendos y los salarios y produjo escasez de mano de obra. La necesidad de ahorrar mano de obra condujo a numerosas patentes de sembradoras, cosechadoras, trilladoras (...)
El crecimiento de las ciudades llevo a la especialización de cultivos. Resultaba viable para un campesino concentrarse en exclusiva en la producción de leche o de carne de vaca para el suministro de toda una ciudad (...)"
Leonora Ritter: Agricultural Changes.

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