LA BASÍLICA DE ALGEZARES.
Esta práctica fue una de las tres propuestas de arte en la oposición de Murcia 2002.
La Basílica de Algezares representa uno de los testimonios del período de transición entre el declinar del mundo romano y la plena ocupación islámica.
Las ruinas de esta basílica se encuentran en la vertiente norocidental de la Sierra de Carrascoy, a unos 500 metros hacia al Este de la moderna población de Algezares.
La basílica está orientada en dirección sureste-noroeste y se compone de tres naves separadas por arcos y columnas, siendo la central más grande y terminando en un ábside semicircular.
El historiador Gómez Moreno, propone relacionar los restos de Algezares con la ciudad episcopal visigótica de ¿Eio¿ o ¿Ello¿ que, según fuentes arábigas, fue una de las siete ciudades que en el año 713 se acogieron al Pacto de Teodomiro. Estas afirmaciones se han visto reforzadas con el descubrimiento en los últimos años de un edificio monumental en la misma zona, datado entre los siglos IV y V d.C.
El investigador Robert Pocklington reafirma la teoría de Ello y apunta que su población debió ser trasladada a Murcia tras su fundación en el siglo IX.
Muy próximo al complejo paleocristiano de Algezares se encuentra el Castillo de los Garres. Parece que se trataba de un núcleo defensivo de las comunidades asentadas en su entorno próximo, ante la inseguridad que reportaban los enfrentamientos entre bizantinos y visigodos por el dominio del sureste peninsular.
El conjunto arqueológico que conforman la Basílica y el Castillo, experimentó su máximo esplendor entre los siglos V y VII, reflejando la transición del dominio bizantino al visigodo, al compás que la frontera iba modificándose.
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