FICHA DE TRABAJO
Las potencias económicas tradicionales y las nuevas
potencias del siglo XXI
A lo largo
de la historia, varias naciones han destacado como potencias económicas,
es decir, países que controlan gran parte de los recursos y el comercio global.
Vamos a ver cómo han surgido y evolucionado las principales potencias y cuáles
son las nuevas que están marcando el ritmo del siglo XXI.
Las Potencias Económicas Tradicionales: Las
Estrellas del Circo de la Economía
Como hemos visto, la economía
mundial es un circo gigantesco, lleno
de malabaristas, acróbatas, domadores y trapecistas. En ese circo cada país
tiene un papel importante que desempeñar. Pero, ¿quiénes son los grandes
protagonistas, los que llevan años dominando la pista central, llenando el
circo y captando la atención del público? Estos son, las Potencias Económicas Tradicionales.
Naciones que, desde la Revolución Industrial, se han ocupado los mejores
números y han sido las estrellas más aclamadas del espectáculo. Desde ese
momento han liderado el desarrollo económico mundial, marcando el ritmo del
progreso en diferentes áreas como la industria, el comercio, la tecnología y
las finanzas. Estos países, no solo han influido en la economía global, sino
también en la configuración de las reglas del comercio internacional, la
tecnología y la política.
La primera gran estrella fue el
REINO UNIDO, “el gran ilusionista”,
capaz de subirse al escenario y crear su gran truco: “la revolución
industrial”.
Como un mago que saca conejos de un
sombrero, el Reino Unido transformó una sociedad rural y campesina en una
sociedad industrial y urbana. Para ello se sirvió de máquinas de vapor, telares
mecánicos, fábricas y los primeros ferrocarriles. De repente, lo que antes se hacía
a mano, ahora se producía en masa, y su economía comenzó a crecer a pasos
agigantados. Gracias a su innovador espectáculo, el Reino Unido atrajo a la
audiencia global y se convirtió en el gran ilusionista del circo, dejando a
todos boquiabiertos al convertirse en el líder mundial en producción
industrial. Esta transformación no solo permitió a Reino Unido convertirse en
la "fábrica del mundo", sino que también sentó las bases del capitalismo moderno, con la
aparición de fábricas, el crecimiento del comercio internacional y el
surgimiento de nuevas formas de organización laboral.
Este truco inspiró a otros artistas en
la carpa, como Francia
y Alemania, que
empezaron a copiar algunos del espectáculo y para luego adaptarlos a sus
propias características, para finalmente lanzarse también a la pista con sus
propias fábricas y ferrocarriles. Alemania aprovechó su proceso de unificación,
concluido en 1871, para aumentar sus números industriales centrados en la
metalurgia, el sector químico y la automoción. De repente, Alemania se
convirtió en el “gran acróbata de la producción”. Francia, aunque también
introdujo números que permitieron el desarrollo de los sectores metalúrgicos,
químicos y textiles, conoció un crecimiento más lento.
La fama de estos artistas fue tal, que
salió
de Europa y cómo cada vez eran
más los espectadores que querían verlos actuar, decidieron salir de sus
fronteras para ampliar el espectáculo. A través de la colonización
obtuvieron recursos para ampliar su circo y se extendieron por África, Asia y
América Latina, lo que le permitió acceder a nuevas materias primas que no
tenían en casa como el caucho, el petróleo o los metales preciosos, necesarios
para alimentar las industrias que permitían al circo seguir creciendo.
Pero los artistas envejecen y la
función continua… y aparecen nuevos artistas. Así apareció Estados Unidos,
el nuevo y gran maestro de ceremonias. Tras las dos guerras mundiales (Primera Guerra Mundial 1914-1918
y, Segunda Guerra Mundial,
1939-1945), que afectaron a Europa, emergió la figura de Estados Unidos. Su
territorio, protegido de los desastres de guerra en comparación con Europa y
Asia, le permitió convertirse en el motor de la reconstrucción mundial gracias
a su capacidad productiva, financiera y tecnológica. Estados Unidos tomó el
control del circo y comenzó a dirigir el espectáculo, coordinando las distintas
actuaciones del circo con su gran capacidad industrial, su ingenio en los
sectores tecnológicos y su carisma cultural. Su bandera ondeaba por toda la
carpa, y su economía, la más grande del mundo, hacía que el público se
levantara de sus asientos para aplaudir. Con un mercado interno lleno de
consumidores deseosos de los nuevos números (productos) que aparecían, Estados
Unidos, siempre en el centro, provocaba que el resto de países intentasen estar
a su altura, especialmente en sectores clave como automoción, la electrónica,
la industria cinematográfica, el comercio global y la tecnología.
Al otro lado de la pista, casi oculto,
un sorprendente Japón, arrasado durante la II Guerra Mundial (Hiroshima y
Nagasaki), comenzaba a llamar la atención porque estaba desarrollando un número
basado en la tecnología y la automoción. En poco tiempo, en su especialidad,
Japón se convirtió en uno de los mejores artistas del mundo. Entre sus artistas
más destacados están las familias Toyota y Sony (automoción) y Sony y Panasonic
(electrónica) que giraban en el aire sin caer nunca. Una vez que despegaron,
decidieron ofrecer al público espectáculos basados en la calidad y la
tecnología, y todo ello a precios asequibles para los espectadores. En poco
tiempo, Japón se hizo un hueco y un nombre entre los artistas de EE.UU y
Europa.
Alemania y Francia, que no querían ser desbancados, decidieron
doblar la apuesta en sus números. Alemania se esforzó en números de trapecio
que requiriesen un domino tecnológico y un gran dinamismo, que dotase a sus
actuaciones de un gran valor añadido, como maquinaria pesada, todo tipo de
vehículos, productos químicos muy precisas y automóviles de lujo. Francia, por
su parte, se lanzó al vacío desde el trapecio y comenzó a innovar en sectores
como la energía nuclear, la aviación y productos de lujo.
Características comunes:
¿Qué tienen en común estas estrellas
del circo? ¿Qué hace que sigan siendo los protagonistas, incluso cuando nuevos
artistas comienzan a emerger? Pues bien, como cualquier gran número de circo,
sus actuaciones se basan en varios
pilares:
§ Innovación constante: Al igual que los malabaristas buscan sorprender
con el “más difícil todavía” lanzando siempre una pelota más al aire, estas
potencias han sabido innovar en sectores clave como la tecnología, la industria
automotriz y los servicios financieros.
§ Infraestructuras sólidas: No se puede realizar un buen espectáculo sin
una red sólida de cuerdas, trapecios y redes de seguridad. Del mismo modo,
estos países cuentan con una infraestructura robusta que les permite seguir
liderando la pista. Autopistas, puertos, ferrocarriles y redes de comunicación
son sus instrumentos clave.
§ Mercados financieros estables: fuera de los focos, en los camerinos del circo,
se toman las decisiones financieras que son el motor oculto del espectáculo.
Del mismo modo, Nueva York,
Londres, Tokio y Frankfurt son las grandes capitales
financieras del mundo, desde donde se decide el ritmo y los giros del
espectáculo económico.
§ Acceso a mercados globales: en estos siglos, estas potencias han dominado
las mejores carpas del mundo. Su control sobre los mercados internacionales y
su participación en organismos globales como Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio (OMC),
les permite seguir marcando el ritmo del comercio global.
El Desafío Actual:
Renovarse o Perder la Pista Central
Sin embargo, como en cualquier circo,
mantenerse en la pista central no es tarea fácil. Estas potencias tradicionales
han visto cómo nuevos artistas empiezan a entrar en escena. El envejecimiento de la población,
el crecimiento de las economías
emergentes, y la necesidad de adaptarse a los cambios tecnológicos y medioambientales
son desafíos que pueden hacer que pierdan su posición estelar.
Por ejemplo, Estados Unidos ha tenido que diversificar
su número para seguir siendo el maestro de ceremonias, centrándose ahora más en
los servicios y la innovación tecnológica. Japón sigue perfeccionando su malabarismo, aunque
también enfrenta el desafío de una población envejecida. Y Alemania y Francia luchan por modernizar sus
trapecios, para no perder el ritmo ante el crecimiento de otras economías
emergentes.
En definitiva, las potencias económicas tradicionales
son como las estrellas veteranas del circo. Han construido sus números con años
de experiencia, y aunque hoy en día enfrentan nuevos desafíos, siguen siendo
los grandes protagonistas del espectáculo económico global.
§ Estados Unidos sigue siendo una de las
economías más grandes del mundo, con un fuerte sector tecnológico y financiero.
Empresas como Google, Apple y Microsoft son líderes globales.
- Europa
(Alemania, Francia y Reino Unido) tiene una economía diversificada, desde
industrias pesadas hasta servicios financieros. Además, juegan un papel
clave en organismos internacionales como la Unión Europea.
- Japón se
mantiene como líder en tecnología y automóviles, aunque enfrenta el reto
del envejecimiento de su población y la falta de recursos naturales.
Las Nuevas Potencias Industriales y los Países
Emergentes: Las Nuevas Estrellas del Circo de la Economía
El Circo de la Economía Mundial
siempre está en movimiento, y aunque las potencias tradicionales han dominado
el escenario durante años, un nuevo grupo de artistas está entrando en la pista
central con números frescos y sorprendentes. Se trata de las nuevas potencias industriales y
los países emergentes,
que están desafiando a los veteranos y capturando la atención del público.
Países como China, India, Brasil y Rusia son ahora los nuevos
protagonistas de este espectáculo, y su ascenso está transformando la dinámica
del circo global.
China: El Gran Equilibrista en la Cuerda
Floja
Si hay una nueva estrella en el circo que está
acaparando todas las miradas, esa es China.
Desde que subió al escenario en los años 80, tras las reformas de Deng
Xiaoping, ha perfeccionado un número impresionante de equilibrio: combinando el
control estatal con
una apertura al mercado libre.
Como un equilibrista que camina por la cuerda floja, China ha sabido mantener
el control, mientras se convierte en la fábrica
del mundo.
Con su inmenso número de trabajadores y unas
infraestructuras en constante crecimiento, China produce desde los aparatos
electrónicos más avanzados hasta los productos más básicos. Su actuación
destaca por ser rapidez, eficiencia y por ser deslumbrante. En sus actuaciones
incluye desde smartphones hasta trenes de alta velocidad, pasado por objetos de
todo tipo a precios muy competitivos. La equilibrista china ha conseguido un
lugar central en la pista, desplazando a los viejos malabaristas europeos y
americanos.
Pero el número de China en el circo no solo se limita a la producción industrial, sino
que está incluyendo en él su presencia en el comercio global. Con proyectos como la Nueva Ruta de la Seda, está
construyendo puentes y conexiones entre continentes, consolidando su posición
como una de las figuras clave del circo de la economía mundial.
India:
El Malabarista del Talento
Junto a la equilibrista China, está apareciendo un
nuevo malabarista. Se trata de India, cuyo número se ha convertido en un malabarista que
impresiona con la velocidad y diversidad de su espectáculo. India no hace
malabares solo con pelotas tradicionales, sino que ha añadido tecnología,
software, servicios e innovación a su repertorio. La industria de servicios y la tecnología
son las principales cartas de presentación de este país, que ha logrado
desarrollar un gran número de ingenieros, programadores y profesionales que
alimentan a empresas tecnológicas de todo el mundo.
En su número, ha sabido combinar la tradición con la
modernidad, pues mientras el sector tecnológico se expande a nivel global, en
su propio escenario interno India sigue lidiando con desafíos como la pobreza y
la desigualdad, lo que hace que su actuación (posición en el mundo) sea aún más
complejo y admirable. Aunque todavía no tiene el tamaño de la estrella china,
India está escalando rápidamente posiciones y ganando seguidores en la audiencia
mundial. Además, ya cuenta con el mayor número de artistas en el escenario
mundial (población)
Brasil: El Forzudo de los Recursos Naturales
Por su parte, Brasil es conocido por ser el forzudo que levanta enormes
cantidades de recursos naturales. Brasil ha aprovechado su abundancia en
minerales, petróleo, soja y otros productos agrícolas para hacerse un hueco en
el circo de la economía global. Su espectáculo consiste en aprovechar su vasto
territorio y sus recursos para alimentar a una parte considerable del mundo,
especialmente en los sectores de la energía y la agricultura.
Sin embargo, Brasil tiene que lidiar con
los problemas de salud que le genera levantar tanto peso. El hecho de que el éxito de actuación dependa
las demandas globales (internacionales) de materias primas hace que unas veces
la cotización de su actuación esté por las nubes y que otras estén bajo
mínimos; además, sus problemas de salud son frecuentes, pues a menudo tropieza
con catarros y gripes como la corrupción o la inestabilidad política, lo que
afecta su capacidad de mantenerse firme en el centro de la pista. A pesar de
esto, cuando el mercado de las materias primas sube, Brasil flexiona sus
músculos y vuelve a atraer la atención, como uno de los actores clave en
América Latina.
Rusia: El Domador de Energía
Rusia se ha
convertido en el gran domador de
energía. Cuenta con grandes reservas de gas natural y petróleo,
y su espectáculo consiste en controlar el suministro energético de grandes
partes del mundo, especialmente en Europa. Al igual que un domador controla a
los leones, Rusia maneja su industria energética con firmeza, influenciando los
precios y las relaciones internacionales.
Sin embargo, como todo domador, tiene
que lidiar con los riesgos de su propio espectáculo. Las tensiones políticas,
las sanciones internacionales y las fluctuaciones en el precio del petróleo
hacen que su acto sea uno de los más impredecibles del circo. A pesar de estas
dificultades, el domador ruso sigue siendo una figura clave en el circo
económico, sobre todo cuando se trata de energía y materias primas.
Sudeste Asiático: Los Trapecistas en Rápido Ascenso
Más allá de las potencias emergentes más
conocidas, el Sudeste Asiático
—con países como Vietnam, Indonesia
y Tailandia— ha comenzado a hacer piruetas sobre la pista. Como
trapecistas que se mueven con rapidez entre diferentes cuerdas, estos países
han demostrado ser ágiles y están creciendo como centros de producción y comercio
en la región.
Con
un crecimiento económico acelerado, bajos costos de producción y una población
joven, estos trapecistas han comenzado a atraer inversiones extranjeras.
Empresas que antes tenían fábricas en China están moviéndose hacia estos países
en busca de costos más bajos, lo que está ayudando a consolidar sus números en
la gran carpa global.
6.
Características de las Nuevas Estrellas del Circo
Aunque
estos países tienen trayectorias muy diferentes, comparten algunas
características que los están impulsando hacia el centro del escenario:
·
Crecimiento
demográfico: A diferencia
de las potencias tradicionales, muchas de estas naciones tienen una población joven que impulsa el crecimiento
económico y el consumo. Este "ejército de trabajadores" está detrás
del éxito de sus espectáculos.
·
Acceso
a recursos naturales:
Países como Brasil y Rusia tienen vastas reservas de materias primas, mientras
que otros, como China e India, han logrado explotar su mano de obra como un
recurso clave.
·
Adaptabilidad: Estos países han demostrado ser flexibles y capaces de adaptarse rápidamente a los
cambios del mercado global. Sus economías están en pleno desarrollo, lo que les
permite innovar y competir con las potencias tradicionales.
·
Apertura
comercial: A medida que el
circo global se expande, estas naciones emergentes están abriendo sus fronteras
al comercio y a la inversión extranjera, atrayendo así a nuevos públicos y
socios comerciales.
7.
¿Cómo están cambiando el espectáculo?
Las nuevas
estrellas no solo están aportando números frescos, sino que también están
cambiando la dinámica del circo. La inversión
extranjera directa se está desplazando hacia Asia y América
Latina, y los países emergentes están empezando a ser los centros de producción
y consumo globales. Con cada año que pasa, su influencia en el circo económico
es mayor, desafiando a las viejas potencias.
China y la
India están especialmente activos en los organismos
internacionales. Están jugando un papel clave en la Organización Mundial del Comercio (OMC),
y han establecido acuerdos bilaterales y multilaterales para impulsar su
crecimiento. Además, iniciativas como los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica)
reflejan un esfuerzo conjunto por estas nuevas estrellas para redefinir las
reglas del circo mundial.
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